Agosto 16, 2024
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SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS

Peter Gabriel, maestro de la circularidad musical en plenitud existencial

Por: Félix Morriña

Desde el centro del Pueblo Mágico

de Metepec, bajo el cerrado

manto de la tormenta

“Aguardo un momento suyo en el mío, siempre citándose el reciente encuentro en la memoria emocional interna, como si fuese lo último que deseas experimentar antes de partir de nuevo como fugaz brisa de mar. Ambas constelaciones seguirán encontrándose en el infinito cosmos dialéctico y pedagógico en su momento. Ten paciencia de paciente”, digo hacia mis adentros, mientras rememoro el lento recorrer de la sabia saliva embadurnando tu largo, delicado y lánguido cuerpo, conservado por decenios vividos, bien trabajados y experimentados para honrar la existencia.

En plena rememoración de esa transición de sana y lubricada energía volátil, se va lenta la marcada voz del maese Peter Gabriel de los altavoces, recitando y cantando el contenido del disco “So” (Geffen Records, 1986) de forma incansable. En este quinto disco de Gabriel, el primero de su carrera solista en tener un nombre (porque los cuatro anteriores no tienen, sólo números) considerado el más elaborado trabajo musical del otrora líder de la banda nodal del rock progresivo inglés Genesis, Peter Gabriel me enseñó lo básico para entender el difícil mundo de las emociones y las misteriosas sensaciones amorosas.

Más allá de su exquisita y delicada profundidad literaria y lírica, Peter Gabriel incluyó en el disco “So” lo más granado de su sonora fama pop mundial. Es un producto redondo que va más allá de la circularidad del álbum, se dirige a la plenitud en la vida de todo aquél ser humano decidido a estar en paz consigo mismo, sin dejar de luchar, para de esta forma, poder nutrir la existencia de los demás, de su entorno y de su vida emocional interna.

Peter Gabriel, ese personaje artístico salido de lo más sofisticado de la música vanguardista mundial, ha tocado varias veces mi puerta para sanarme cual Arcángel Gabriel en los momentos de confusión, dolor, abandono y desolación, llevándome con su solidaria mano a la siguiente parada. En esta ocasión, me acompaña para apreciar la intensa tormenta que azota sin piedad suelo metepequense, como eficaz látigo en carne débil.

Truena y relampaguea el cielo del altiplano mexiquense, mientras se escucha a todo volumen la angelical sonoridad vocal de la hermosa Kate Bush a lado de Peter Gabriel para cantar al unísono ‘Don’t Give Up’, lo cual evita conmoverme más, alejándome de la tristeza extrema de los tiempos que corren y contemplar la furia del cielo. Luego pongo ‘Mercy Street’, mientras el granizo se deshace con la velocidad del anegado río abajo en el que se convirtió la tormenta. Esta canción me recordó, al igual que ‘In Your Eyes’, que los procesos sentimentales deben abonar al crecimiento espiritual de quien los acoge y no para sitiarlo.

Cuando se trata de Peter Gabriel, este #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor se ve persuadido a salir de compras en plena era pandémica, pero no son de esas compras para apaciguar el ego ante la moda, o la necesidad de cubrir algún vacío, no, nada de eso. Fui a comprar bellas, barrocas y sofisticadas palabras al mercado literario a cielo abierto, ubicado en el limbo, como los tianguis familiares de barrio con antiguo aire de comercio mexicano. Su costo intelectual puede vaciar los bolsillos de la cordura y la paz de cualquiera, pero vale la pena quedarse con algunas neuronas para afrontar los altibajos y merecer la gloria con el fortísimo y merecido aplauso.

Las veces que he visto a Peter Gabriel en vivo en México, han sido homilías de renacimiento para este interlocutor. Es de los pocos artistas que logran aquilatar mi estado emocional extremo, no sólo por lo musical, sino por la fina propuesta vanguardista visual. No hay que olvidar que Peter “Ancángel” Gabriel es uno de los primeros artistas en el mundo en incorporar, no sólo tecnología apropiada a sus intereses creativos, sino todas las bellas artes a su alcance y bolsillo, para ofrecernos productos de calidad cultural incomparables. Si lo dudan quienes no lo conocen, sólo deben saber que la rola ‘Sledgehammer’, la segunda del disco “So”, fue punta de lanza en video. Por cierto es la rola más festiva del disco, pero no desequilibra en absoluto.

La primera vez que vino Peter Gabriel a México trajo como corista a Sinead O’Connor al Palacio de los Deportes en 1993, lo cual para la raza de bronce fue inesperado regalo por tantos años de espera para ver al creador de “El Cordero yace en Broadway” (1974, con Genesis). La segunda vez fue en el Foro Sol en el 2009 con la gira “Growing Up Tour” si la memoria no me falla tras el corto circuito neurológico que viví hace un año y del cual sigo recuperándome como puedo. En esa ocasión, los ingleses de Travis fue la banda telonera invitada. La tercera vez que lo vi fue en el Auditorio Nacional en el 2011, acompañado de medio centenar de músicos integrantes de la “New Blood Orchestra”, con quienes rindió pleitesía como debe a Ralph Parton Gabriel, su señor padre.

Sentimos mucho no poder ver más en adelante a Peter Gabriel con la “New Blood Orchestra” en México por razones pandémicas. Gabriel continúa dándole a su proyecto iniciado con el disco “Scratch My Back” (2010) con esta orquesta y con el disco “New Blood” (2011), la cual consiste en covers orquestales de rolas de artistas de la talla de Paul Simon, Radiohead y Neil Young, entre otros, pero sin guitarras, baterías y percusiones.

Después de la tormenta llegó la calma al inundado Valle de Toluca. La fría y desolada noche no impide que los comerciantes nocturnos de productos acordes a la mexicana provincia traten de lograr salvar el último viernes de agosto con alguna venta improvisada. Este #DandyperoPunk decide guardar su canasta de palabras para otro parnaso, para que en otro momento, en otras latitudes, las palabras choquen, se fastidien así mismas por piadosas. Me chocan las palabras dejadas fuera de contexto por falta de ingeniosos recursos lingüísticos del alquimista en turno, pero Peter “Arcángel” Gabriel me ayuda a acomodarlas, a mantener la calma en plena crisis climática y de presencias deseadas ausentes.

La alquimia neurolingüística consistirá “en saber qué sílabas silababa al salivar el sabio de la corte”, para fusionarlas en mi savia saliva dipsómana cannábica, y poder ofrendarlas en el templo del saber, para ser utilizadas cuantas veces sean requeridas y avaladas por el supremo conocimiento del cosmos. Esa alquimia me la enseñó el maestro Peter Gabriel sin saberlo, sin intención, sin conocerme, sólo escuchándolo, como regalo de su valiosa aportación al mundo de la música y las bellas artes. ¡Gracias por todo!

Recuerda querido lector y seguidor de los Silencios Estereofónicos: ¡Nos buscamos, nos vemos, nos escuchamos, nos entendemos!

Para escuchar:  

Peter Gabriel, “Don’t Give Up”:

Peter Gabriel, “Mercy Street”:

Peter Gabriel, “In Your Eyes”:

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