“Hernán, el nombre de la Conquista”, cuando la mentira es la
verdad
Félix Morriña
Hace mucho dejé de apreciar muchas series televisivas por razones diversas, pero en esta ocasión, vi completa “Hernán, el nombre de la Conquista”, la serie de drama histórico mexicana, creada por Amaya Muruzabal, con música de Federico Jusid, ambientada en 1520, hablada en español, maya y náhuatl, con las actuaciones de Óscar Jaenada (Hernán Cortés), Michael Brown (Pedro de Alvarado), Isabel Bautista (Malinche/Malitzin/Marina), Jorge Antonio Guerrero (Xicotencatl), Mitzi Mabel Cadena (Doña Luisa), Víctor Clavijo (Cristóbal de Olid), Dagoberto Gama (Moctezuma) y Miguel Ángel Amor (Bernal Díaz del Castillo), entre otros, quienes tienen desempeño escénico de vital importancia en esta serie que empezó a darse a conocer en noviembre del año pasado en México.
Llegaron un Viernes Santo a Veracruz, Hernán Cortés cuenta la historia de los
vencedores conquistados, mientras que la Malinche le externa con franqueza que
“ir contigo, no es estar a tu lado”, desde ese momento Marina, como también le
llamaba el capitán español, recupera su empoderamiento como mujer, como
políglota indígena, como la mejor intermediarista y vital herramienta
lingüística para la Conquista española sobre los aztecas. Malinche, es para
muchos historiadores, la primera mujer indígena empoderada, ejemplo para muchas
de su género hoy día.
En esta serie que se disfruta de un tirón en un solo día (yo lo hice en dos
partes, con sus tiempos de descanso y varios días para disfrutarla en
plenitud), el tiempo cronológico fue evitado por sus productores para atrapar
al posible espectador y persuadirlo a entender la importancia del tiempo en
esta época de cuarentena por el #Coronavirus COVID-19.
En la serie “Hernán, el nombre de la Conquista” hay tiempo para todo, hasta para morir, diría el protagonista, pero de pronto el hartazgo de la guerra llega al extremo de enfatizarse que no todo se resuelve matando.
No podría decir que la serie sea lo mejor que haya visto, pero sí de lo mejor
que se haya hecho sobre nuestros orígenes en una especie de rico documental
novelado en formato de carísima serie televisiva, por el nivel del reto al que
se enfrentaron productores, inversionistas y reparto para no errar en el
proceso histórico. Si bien no llega a valer su peso en oro, como se expresa
Hernán Cortés cuando algo vale la pena, sí se convierte en la mejor embajadora
de nuestra historia, con el ojo noble de las cosas salvajes.
En estos tiempos aciagos, todos llegamos a sentirnos con altibajos emocionales,
pero recuerda querido lector y seguidor de los #SilenciosEstereofonicos, que no
hay vuelta atrás, se vive y se aprende, ese es el sacrifico al que estuvieron
sometidos los españoles e indígenas en esta serie, donde todos tienen miedo a
morir, pero asumen con el nivel de conciencia adecuado a sus idiosincrasias y a
sus sagradas escrituras por separado, tanto aztecas como soldados españoles,
para aceptar el mandato divino de que aquí nadie vivirá para siempre.
“No podemos discutirlo todo, son nuevos tiempos y ellos no humillan con la
verdad. ¿A dónde iremos, donde la muerte no exista? Escribir para contar la
historia. Hay cosas que es mejor no recordar. Puede que hoy no importe nada,
mañana sí. Si Dios perdona, porque tú no. No hagan de cuenta, hagan cuentas.
Todo a su debido tiempo. Las manos lo dicen todo. Algo bueno debes tener para
seguir vivo. Es tan sólo un hombre como nosotros, sólo que diferentes. No es
ningún Dios. Son hombres de fe. Nadie está con Dios bajo tortura. Ojos de
nadie, es el destino.
Salud por los que ya no están. ¿Lo crees o lo sabes?”, todas estas expresiones inmersas en los ocho capítulos de la serie, nos sirven mucho en estos momentos para analizar y crear conciencia del por qué somos de tal o cual forma los mexicanos, la parte mexicana que tienen los criollos, gachupines y la forma y fondo de la cosmogonía indígena mexica.
Una de las partes más profundas y bellas de la serie, es cuando Hernán Cortés
mata a Moctezuma como acto sagrado de humanidad, vida y muerte. Él le llamó a
este acto: La guerra es una forma de amor. Como podrán darse cuenta, mucho de
lo que se observa en la serie “Hernán, el nombre de la Conquista”, tiene mucho
que ver con los usos y costumbres que aún conservamos en México, como también
mucho de lo que somos hoy día con el mestizaje heredado.
Recomiendo esta serie no sólo para sobrepasar la cuarentena
por el #Coronavirus COVID-19, sino porque al verla y apreciarla, uno puede
darse cuenta que muchas cosas de las que ahí se (re) aprenden pueden ponerse en
práctica en la actualidad para poder resolver muchas cosas como identidad
nacional, cohesión social, reforzamiento sociocultural y trabajo en comunidad
para bienestar de todos. Pueden verla en varias plataformas, videos o sistemas
de cable.
Su #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor Félix Morriña, les recuerda: ¡Nos
buscamos, nos vemos, nos escuchamos, nos entendemos!