IMPULSO/ Félix Morriña
Misión cumplida: brindis por “Duffy/Bowie: Five Sessions” en el Museo de la Ciudad de México
Larga fila para entrar al Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30, Centro Histórico de la CDMX). Decenas de jóvenes impacientes por ingresar de manera gratuita al recinto cultural para ver la “Exhibition Mexico. Duffy/Bowie: Five Sessions”, el pasado sábado 14 de enero, ya casi para finalizar el horario del cierre habitual de fin de semana del museo. Este “sevibar y amigo” denotó mucho interés de los fieles y nuevos seguidores del hombre que hace un año falleciera por cáncer de hígado el 10 de enero, dos días después de haber cumplido 69 años de edad.
Fui para rendirle pleitesía al “Hombre que cayó del cielo”, al hombre que marcó mi manera de ver el mundo en mi temprana adolescencia, de apreciar el arte, de asumir la costumbre de seguir las vanguardias del siglo XX. El trayecto de la capital mexiquense a mi amada CDMX fui un largo peregrinar por ese asunto de las marchas contra el alza de los combustibles. No me importó porque debía cumplir la cita con “El Delgado Duque Blanco”. “¡Salud gran maestro!”, dije cuando tenía frente mío la portada del disco ‘‘Aladdin Sane’’ (1973). El sorbo de scotch cayó como salvación del alma para un dipsómano en ciernes.
Tras tres buenos discretos tragos de whisky que llevaba oculto en mi saco de pana café, este interlocutor se aleja un poco de la muchedumbre para ver que no hubo una curaduría adecuada para esta magna exposición, tan esperada por miles de amantes del proceso creativo de David Bowie en México. Las 50 fotografías yacían colocadas por un “incipiente” curador de arte, “en ese caso mejor las coloco yo”, me dije hacia mis adentros para no llamar la atención de mi licorera portátil. Los espacios entre cada fotografía de mediano y gran formato no lucían para el espacio museístico que se tuvo para la exhibición de las imágenes de Brian Duffy.
Es más, si viviera el corajudo Duffy agarraría a duros golpes a quien haya colocado de esa forma sus fotografías. Fuera de esa imagen de espacio desaprovechado para la ocasión, la gente disfrutaba sin desenfado cada una de las piezas de las sesiones que realizó durante ocho años Brian Duffy con David Bowie, cuyo brillante resultado fueron tres portadas de discos nodales en la vida artística del también actor, escritor, pintor, mimo y productor musical: ‘‘Aladdin Sane’’ (1973), ‘‘Lodger’’ (1979) y ‘‘Scary Monsters (And Super Creeps)’’ de 1980.
Cabe recordar que Duffy empezó a trabajar con David Bowie en la época de ‘‘Ziggy Stardust’’, para después hacerlo en el proyecto ‘‘El Delgado Duque Blanco’’ en Nuevo México, mientras era parte de la filmación de ‘‘The Man Who Fell To Earth’’ (titulada acá como ‘‘El hombre que vino de las estrellas’’ de 1976, basada en la novela de ciencia ficción del mismo título de Walter Tevis y dirigida por Nicolas Roeg), así como de los dos proyectos antes mencionados: ‘‘Lodger’’ y ‘‘Scary Monsters (And Super Creeps)’’.
Pregunté por los promotores de la brillante exposición, el dueño de las imágenes Rene Gelston, quien se hizo apoyar de dos socios suyos en México de su sello discográfico inglés Black Market (BLK MRKT): Julián Acosta y Johan Graffman, pero ninguno estaba disponible. Quería preguntarles cómo les había ido en las galerías de Monterrey y Guadalajara, el año pasado, además de empujarnos el resto del whisky que traía conmigo. Deseaba corresponderles cuando me invitaron a la conferencia de prensa en la que nos compartieron litros y litros de cerveza a mediados del 2016, si mal no recuerdo.
Tras una parada en los servicios para preparar el resto del whisky y continuar con el brindis, recordé que Gelston señaló enfático en aquella ocasión que la idea de traer a México la exposición estaba sobre la mesa mucho antes de la muerte por cáncer de hígado de David Bowie, ocurrida el 10 de enero del 2016 (dos días después de haber cumplido 69 años y de haber sacado su último disco ‘‘Blackstar’’), por lo cual no quiso se le tomara como un oportunista y tampoco quiso competir con nadie más.
Cuando tuve oportunidad fui a preguntar al puesto de libros por el ejemplar que dijeron se vendería de Chris Duffy (hijo de Brian) y el biógrafo de David Bowie, Kevin Cann, titulado precisamente ‘‘Duffy/Bowie: Five Sessions’’ (2014), del cual me comentaron estaba agotado y que el próximo fin de semana lo conseguiría a mil 200 pesos, cuando el año pasado costaba 550 pesos, pero el dólar y la oportunidad elevaron los costos. ¡Vaya suerte mía!
Antes de finalizar este texto y de concluir mi último sorbito de whisky, me sigo preguntando: ¿Quién no conoce la memorable fotografía de David Bowie con un rayo rojo con el contorno azul cruzando su rostro? Si la respuesta es negativa, todavía puedes ir los siguientes dos fines de semana restantes para la ver “Exhibition Mexico. Duffy/Bowie: Five Sessions”, o bien ir de martes en adelante de 10 a 18 horas. Recuerda, ¡la entrada es gratuita! ¡Salud!
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