IMPULSO/ Agencia SUN
México
La violencia intrafamiliar —en la que las mujeres son las principales víctimas— no ha dejado de crecer: de 126 mil casos anuales registrados en 2015 pasó a más de 178 mil en 2018, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Esta semana, el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, informó que los refugios para mujeres víctimas de violencia extrema no recibirán recursos del gobierno hasta en tanto se analiza el programa.
La más reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (2016) registró que 66.1% de las mujeres de más de 15 años, es decir, 30.7 millones, ha sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación. Eso significa que siete de cada 10 mexicanas han padecido violencia en algún momento de su vida, “pero lo alarmante es que de esos siete casos, cuatro son por gente cercana. Sus principales agresores han sido el esposo, la pareja, el novio.
El hogar se ha convertido en el lugar más peligroso para ellas en el país”, dice Pablo Navarrete, coordinador de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de las Mujeres. “No pensamos que esto pasaría [la decisión del gobierno de la República de suspender recursos]… los refugios son un mecanismo para atender la violencia”, dice Marilú Rasso, directora de uno de estos centros de ayuda. En su refugio, ella ofrece vivienda y educación para madres e hijos provenientes de hogares violentos. Pero 70% de sus gastos de operación provienen del programa suspendido por la Secretaría de Salud.