IMPULSO/ Edición Web
Toluca
En un evento con escolares en la ciudad de Akurey, el presidente islandés Guðni Thorlacius Jóhannesson afirmó que, si estuviera en su mano, crearía una ley específica para prohibir la pizza con piña.
Un alumno le preguntó: “¿Qué opina usted de la piña en la pizza?”. A lo que el presidente, que llegó al poder el pasado mes de agosto tras conseguir una amplia mayoría frente a su adversaria, respondió reconociendo públicamente su “odio” hacia las pizzas hawaianas y, en definitiva, a la piña como ingrediente en la pizza.
El debate trascendió en las redes sociales, hasta el presidente aclaró: “Me gusta la piña, pero no en la pizza. No tengo el poder para crear leyes que prohíban a las personas poner piña en su comida. Me alegra no tener ese poder. Los presidentes no deberíamos tener poder ilimitado”
También se atrevió a hacer una recomendación gastronómica: según él, el ingrediente que mejor funciona en la pizza es el marisco.
Como era de esperar, sus declaraciones y participación en el eterno debate no tardaron en extenderse como la pólvora en las redes sociales, que se posicionaron de inmediato a favor y en contra de la #piñapizza. Ahora está en manos del pueblo decidir, ¿es Islandia un país de pizza con o sin piña?
Con información de La Vanguardia