Diciembre 27, 2024
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Separación de Telmex beneficia a usuarios

IMPULSO/ Edición Web
Ciudad de México

La Separación funcional de Teléfonos de México, que en la práctica legal y comercial significa crear una nueva entidad que administre la infraestructura de Telmex para ofrecer servicios mayoristas, supone una oportunidad para que el resto de la industria robustezca sus ofertas para el usuario final con el despliegue de nuevas redes e inversiones que acompañen sus posibilidades de crecer explotando también la red del ahora agente económico preponderante.

Mediatelecom Policy & Law plantea que la creación de la nueva compañía que nacerá de entre los fierros de Telmex en un periodo de entre uno y dos años, debe crear nuevas capacidades, generar mayores eficiencias en la explotación de la infraestructura y permitir a todos los operadores la conformación de paquetes de servicios mejores en calidad y asequibles en precio, para que de esta manera se fortalezca la competencia en los mercados.

“La separación funcional no debe convertirse en un pretexto para acentuar las ineficiencias del resto de los operadores o incrementar su dependencia respecto del operador incumbente (Telmex). En cambio, sí es una oportunidad para desplegar las redes de nueva generación sobre tendidos de fibra óptica que el país necesita. Todo va a depender del modelo de negocio y de que el regulador acepte que la nueva empresa de servicios mayoristas fijos sea rentable”, expuso la consultora en un informe.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones resolvió el 217 de febrero que América Móvil, controladora de Telmex, está en la obligación de crear una nueva entidad a partir de la infraestructura de Teléfonos de México, que se encargue de administrar los cables de cobre, de fibra óptica, los postes, ductos y demás elementos de red de la empresa que, por un lado, den servicio al propio Telmex y por el otro, al resto de los competidores a precios de mercado y no discriminatorios.

El IFT dio a América Móvil 65 días para que Telmex presente un plan de separación funcional que deberá ser aprobado por el regulador, quien además presumió que la nueva entidad sería dotada con un título de concesión mayorista pero que a la vez dependería del título general de Teléfonos de México.

Y aunque la nueva empresa se llevaría gran parte de la carga regulatoria que ahora pesa sobre Telmex, el IFT no ha esclarecido si con esta premisa se abre el camino para que Teléfonos de México pueda ofrecer video en el país, por estar próxima a ofrecer sólo servicios al consumidor final.

América Móvil recurrirá a los tribunales para intentar tumbar la decisión del regulador, pero en lo que los jueces resuelve su caso, Telmex debe atender los requerimientos del IFT.

En México, el regulador ha conocido de separaciones funcionales, legales o estructurales en otras naciones, como en el caso de Gran Bretaña y la empresa British Telecom, a la que se le impuso la medida regulatoria de obligarla a crear una nueva compañía que administrara su red y con otra denominación. Así nació la marca Openreach, pero los analistas de Mediatelecom opinan que existen diferencias entre los mercados de México y el Reino Unido, por lo que no debe realizarse una calca para el caso Telmex.

“No debe perderse de vista que en este momento de la historia de cambio tecnológico e innovación, ninguna regulación es replicable fuera del contexto en el cual fue formulada originalmente”, escribió Mediatelecom en su informe.

De acuerdo con Mediatelecom, el IFT debe evitar que con la separación funcional de Telmex se creen “subsidios de red” con los que terceras empresas sólo accedan a la red de Teléfonos de México para crear paquetes de doble o triple play a partir de la reventa de los mismos servicios que Telmex ya provee y que de esta forma los terceros se expandan por el mercado sin invertir más en infraestructura.

“La separación funcional genera costos que no necesariamente se van a reflejar en servicios más baratos. En el fondo, lo que está en juego es la certidumbre de la inversión en un sector intensivo en capital. El operador que invierte en infraestructura busca recuperar los costos de la inversión y obtener un margen de rentabilidad que le permita reinvertir en nuevas redes y en el mejoramiento de las mismas”, dijo la firma de análisis.

Las condiciones económicas internas y las que vienen del exterior modifican el panorama para las inversiones en México, particularmente para una industria que compra en dólares, pero que cobra a sus clientes en pesos, divisa que se ha depreciado cerca de 40% en los últimos dos años, afectando a los operadores.

Por tanto, según Mediatelecom Policy & Law, el IFT debe asegurar que con la separación funcional de Telmex se mantengan las inversiones en nuevas tecnologías de comunicación móvil como el LTE o la migración a otras en materia de Internet.

“Los operadores buscan incrementar su base de suscriptores a conexiones 4G-LTE, pero también están lanzando redes LTE-Advanced; requieren hacer inversiones para migrar a IPv6; están planeando el despliegue de las próximas redes 5G; están vislumbrando el despegue de la Internet de las cosas; atienden el crecimiento exponencial del tráfico y consumo de datos móviles y fijos en la red; requieren instalar la fibra óptica que soporte ese tráfico, transporte y consumo de datos incrementales”.

Mediatelecom explicó que existen al menos tres esquemas de los que el Instituto Federal de Telecomunicaciones pudiera conocer para proseguir con la separación funcional de la compañía:

La apertura y flexibilidad de desagregar la red de Telmex permitiría al competidor instalar mejores equipos y componentes electrónicos que los utilizados por Telmex para ofrecer mejores servicios en términos de velocidad de banda ancha. Este modelo demanda del competidor una inversión considerable en términos de infraestructura o componentes adicionales sobre la red de cobre.

Otro esquema es diseñar distintos paquetes de banda ancha con velocidades y límites de descarga para satisfacer a distintos clientes, pero también requiere inversión en componentes y en la implementación de los modelos de negocio.

El tercer esquema es la reventa de los mismos paquetes y servicios de Telmex pero con la marca del competidor. Este último esquema es el más común, no requiere cuantiosas inversiones e implica un cambio de marca y además pone presión sobre los precios minoristas destinados al consumidor final.

Lo anterior obliga al regulador a establecer medidas regulatorias donde se le obligue a Telmex a abrir su red, pero también a diseñar regulaciones que eviten a los competidores el hacer acotaciones de su inversión, añadió Mediatelecom:

“La nueva medida constituye una oportunidad para diseñar un modelo de negocio y regulatorio que garantice la viabilidad financiera y la rentabilidad de la nueva empresa que administrará la red fija de Telmex y los servicios mayoristas, así como las inversiones para desplegar las redes de nueva generación basadas en tendidos de fibra óptica, necesarias para las comunicaciones, servicios y aplicaciones del futuro”. (El Economista)