IMPULSO/ Agencia SUN
México
El Senado de EU ratificó por unanimidad al abogado Christopher Landau, como embajador de México.
Landau, de 55 años y sin experiencia diplomática previa, fue nominado al puesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de que el puesto de embajador en el país estuviera descubierto por poco más de un año, luego de la salida de la embajada de Roberta Jacobson, el 5 de mayo de 2018.
En un comunicado por entonces, la Casa Blanca señaló que “el señor Landau es un abogado constitucionalista y de apelaciones que ha llevado casos ante la Suprema Corte de Justicia, cortes federales, estatales y de apelaciones”.
Landau, quien es actualmente socio del bufete Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan LLP.
Hijo de un exembajador estadounidense en Venezuela, Paraguay y Chile, Landau habla español fluido y prometió en mayo, meses previos a su ratificación, buscar metas en común con el pueblo mexicano.
En marzo pasado, el gobierno mexicano dio su beneplácito al nombramiento.
La ratificación se produce en vísperas de la sesión final de los congresistas estadounidenses antes de su periodo vacacional.
En su audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en mayo pasado, Landau dijo que “no puedo pensar en un honor o privilegio más grande que la gran oportunidad de representar a nuestro país en México, y continuar con la misión de mi familia de tender puentes entre Estados Unidos y Latinoamérica. Crecí en la región, y hablo español con fluidez. Me enfoqué en estudios latinoamericanos antes de graduarme, con la plena intención de unirme al Servicio Exterior”.
Añadió que, de ser confirmado, llevaría “todas las pasiones de mi trabajo en México. Nuestra relación con México es de primordial importancia y complejidad”.
Sobre sus prioridades, dijo que “la primera será proteger la soberanía estadounidense y garantizar la aplicación de la ley en la frontera. Ese, obviamente, es un trabajo enorme que involucra a muchas agencias. Mi papel, si soy confirmado, será promover la cooperación con el pueblo y las autoridades mexicanas. Ningún país puede resolver el desafío de la inmigración ilegal solo, y estoy convencido de que podemos encontrar un terreno común”.