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Las tomas clandestinas para extraer gas licuado de petróleo (LP), el que se distribuye en cilindros metálicos y a tanques estacionarios, empieza a convertirse en un dolor de cabeza, sobre todo en Puebla, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Tlaxcala, Veracruz e Hidalgo.

Aunque Petróleos Mexicanos (Pemex) ha decidido mantener en secrecía la información del desglose de perforaciones ilícitas por municipio, así como el monto de las reparaciones de daños y el costo de lo extraído anualmente, información obtenida por EL UNIVERSAL revela que el delito perpetrado en los ductos de la petrolera para extraer el combustible va en aumento.

En 2016, al menos 10 entidades federativas estuvieron involucradas en el problema de tomas clandestinas a LPG Ductos. En ese año se reportaron 153 perforaciones.

De ellas, 124 se concentraron en cuatro estados: Puebla, que encabezó la lista con 53; Estado de México, con 32; Querétaro, con 22, y Tlaxcala, con 17.

Los reportes de la Subdirección de Transporte de Pemex Logística revelan que al cierre del año pasado el número de tomas clandestinas subió a 166, y los mismos cuatro estados fueron los más afectados.

Puebla reportó 61 perforaciones en 2017, el Estado de México tuvo 44, Querétaro 42 y Tlaxcala siete, cantidad similar a la observada en Guanajuato, lo que significa un crecimiento de 24.1% del delito en un año.

El robo de este tipo de combustible que consumen siete de cada 10 hogares en México, lo que le da un componente altamente social, es colocado en el mercado negro en las mismas entidades en que se realizan las tomas clandestinas, aprovechando que su precio ha crecido de manera importante en los últimos meses, lo que lo convierte en un producto atractivo.

De acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en las cuatro entidades más afectadas por el problema se ha registrado un aumento en la actividad de distribución de gas LP.

Al 28 de febrero de 2017, Puebla registraba 26 empresas encargadas de distribuir el producto en autotanques y 25 dedicadas a la distribución a través de cilindros.

Los precios promedio de ese mes, según los registros oficiales, eran de 8.42 pesos por litro si se adquiría en autotanque, y de 15.65 pesos por kilo en cilindro metálico.

Para el 15 de febrero de este año, el número de empresas aumentó a 30 y 26, respectivamente, y los precios en esa entidad alcanzaron 9.36 y 17.45 pesos por kilo, también en ese orden.

En Querétaro, el número de empresa dedicadas a la distribución vía autotanque y en cilindros pasó de 16 a 18 y de nueve a 12 en el mismo periodo de un año, en tanto que los precios subieron de 8.22 y 16.08 pesos por litro y kilogramo, a 9.42 y 17.38 pesos si el cliente optaba por uno u otro medio de distribución.

En el Estado de México se observó una tendencia similar, pues el número de empresas distribuidoras vía autotanque aumentó de 67 a 76, y los precios en este caso pasaron de 8.46 a 9.92 pesos por litro.

En tanto, las empresas repartidoras de cilindros aumentaron de 48 a 54, y sus precios pasaron de 15.55 a 18.28 pesos por kilogramo.

Por el momento, el mercado es investigado por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), por el presunto delito de acordar precios en grupo o restringir el producto, lo que supone prácticas monopólicas en la distribución y comercialización de gas LP en el país.

La autoridad advirtió que de encontrarse los elementos que presuman una práctica anticompetitiva, quienes resulten probables responsables pueden ser multados con hasta 10% de sus ingresos. Fuente: Agencia SUN