IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Tras ocho años de no exhibirse un conjunto de obras de Rufino Tamayo, y menos de mostrarse junto a una muestra de la colección personal conformada por el pintor oaxaqueño junto con su esposa, el Museo Tamayo Arte Contemporáneo presenta las exposiciones “Rufino Tamayo. Primeras décadas: 1920-1959” y “Colección Museo Tamayo”.
Con ambas exposiciones se salda una deuda pendiente con Rufino Tamayo, pues se ha credo un espacio especial para exhibir tanto su obra personal como su colección de arte internacional, pero también se sacan de la bodega obras de arte que no se habían exhibido y que a decir del secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, era incomprensible que exista un Museo dedicado a Rufino Tamayo donde no se podía ver la obra de Tamayo.
“Resulta prioritario que cumplamos la voluntad y que las obras salgan de la bodega, así lo digo con toda la crudeza para que puedan exhibirse y todos los niños, los jóvenes, los adultos podamos tener una referencia een un museo para conocer obras de estos artistas fundamentales del siglo XX”, señaló Rafael Tovar y de Teresa.
Lo afirmó al hacer un recorrido por las exposiciones que dan cuenta del artista y del coleccionista que fue Rufino Tamayo. Se trata de dos exposiciones muy importantes que dan cuenta de los primeros trabajos del pintor oaxaqueño, pero también muestra su mirada de coleccionista con obras de artistas que también fueron sus amigos y creadores de su generación.
“Rufino Tamayo. Primeras décadas: 1920-1959”, exhibe alrededor de 80 obras, entre dibujo, gráfica, pintura y escultura, piezas que dan cuenta del primer periodo creativo de Tamayo, donde se ve su desarrollo como artista pero también las influencias que lo rodeaban porque fue un periodo en el que el artista vivió fuera de México, primero en Nueva York, entre 1936 y 1949, y luego en París, entre 1950 y 1958.
Entre las obras, que provienen de distintas instituciones del INBA, así como de colecciones particulares, contiene una buena parte de bocetos de obras que luego emprendería Tamayo, así como piezas emblemáticas y otras menos exhibidas como “Retrato de niño en azul”, de 1928.
En tanto que “Colección Museo Tamayo”, ofrece una selección del acervo iniciado por el propio Rufino Tamayo y su esposa Olga, que donó el propio artista al pueblo de México. Entre las 40 piezas que contiene destacan “Two Figures with a Monkey” de Francis Bacon, “Peinture” de Joan Miró; “Square form with Circles” de Barbara Hepwoerth; “Figuras, 1960” de Antoni Tàpies; y “Retrato de la madre del artista”, ca. 1963, de Alberto Giacometti, que es una pieza que no se había exhibido y que es sumamente delicada por que fue hecha en la técnica de punta de plata sobre papel.
La propuesta es que desde ahora tanto la obra de Tamayo como la colección conformada por el artista se exhiban de manera permanente y que cada año o poco menos se renueven con otras piezas que permanecen en bodega, es decir que sean exposiciones que roten.