IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
El incremento del robo de identidad que se ha presentado en el sector financiero mexicano y la presencia de empresas informales que ofrecen crédito a la población sin la vigilancia de ninguna autoridad son los principales retos para entidades financieras no bancarias en 2017.
Según el presidente de la Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Asofom), Chema Mizrahi, la proliferación de este tipo de fraudes puede afectar la operación de las entidades financieras, en un entorno de bajo crecimiento y retos para la colocación de financiamiento.
“Lo que sí estamos viendo y que preocupa es el robo de identidad que ha ido creciendo, este año estuvo muy presente, y el tema de las Sofomes que no lograron renovar su registro ante la Condusef y que siguen con una actividad preponderante de financiar”, dijo el directivo.
Mizrahi destacó que hasta el momento se han presentado entre cuatro a cinco casos de robo de identidad en el sector de Sofomes, que es un rubro enfocado al crédito productivo; sin embargo, existe la preocupación que este delito, ubicado particularmente en el sector bancario, pueda migrar hacia otras entidades financieras.
“En el caso del robo de identidad estamos haciendo un llamado a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a que nos ayude a controlar este tema, no porque esté fuera de control sino que vemos que está creciendo mucho. Este año se fue mucho al tema bancario. Creemos que el año que entra puede empezar a migrar a otro tipo de financiamiento”, explicó Mizrahi.
En el caso de las empresas que anteriormente operaban como Sofomes en el mercado y que al no cumplir con los requisitos de la autoridad migraron a un esquema de sociedades mercantiles, Chema Mizrahi indicó que prevalecen en el mercado sin que una autoridad las regule, lo cual pone en riesgo a sus clientes.
“No están bajo el ojo de nadie. Si bien son sociedades anónimas que están catalogadas para prestar dinero bajo la condición de actividades vulnerables con un esquema de prevención de lavado de dinero muy ligero, no hay quién regule o cuide al acreditado. Si pides un crédito con ellas y te hacen un fraude, no hay a dónde ir a reclamar. Profeco sería el canal adecuado, pero no tienen el conocimiento técnico para defender al cliente”, explicó.
Ante ello, además del impacto en las finanzas que pueden generar en un usuario que necesite servicios financieros y sea defraudado, también ocasionan un daño reputacional en el sector de Sofomes que opera con regulación en el mercado mexicano.
Hacia 2017, la Asofom no prevé una disminución en el financiamiento ante un escenario económico menos dinámico. En ese sentido, la Asociación se va a enfocar en otorgar crédito a proyectos viables del sector productivo que busquen crecer sus empresas y explorar nuevos mercados.