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Washington
Rex Tillerson, ex director ejecutivo de ExxonMobil y designado por Donald Trump para dirigir el Departamento de Estado, acudió a su audiencia de confirmación en el Senado, para abogar sobre la sanción que el gobierno de Obama pretende imponer a Rusia después de confirmar acciones espías en el proceso electoral norteamericano y presionar para definir el rumbo de Estados Unidos en su relación con la nación de Vladimir Putin.
Conocido por sus lazos con el presidente ruso, Tillerson emitió una leve crítica a Rusia durante su audiencia de confirmación y llamó a “reivindicar” el liderazgo estadounidense en el mundo. El nominado por Trump, ex jefe de la petrolera ExxonMobil, mantiene desde hace más de dos décadas una amistad con el presidente ruso y ha criticado las sanciones impuestas por EE.UU. cuando Rusia se anexionó en 2014 la península ucraniana de Crimea.
Tillerson llamó a “tener las cosas claras sobre las relaciones con Rusia”, al asegurar que ese país “presenta un peligro, pero no es impredecible a la hora de impulsar sus propios intereses”. Reconoció que Rusia “ha invadido Ucrania, incluida la anexión de Crimea, y apoyado a fuerzas sirias que violan brutalmente las leyes de la guerra”, por lo que “nuestros aliados en la OTAN tienen razón al alarmarse sobre la pujanza de Rusia”.
No obstante, fue “la ausencia del liderazgo estadounidense” lo que dejó “la puerta abierta y envió señales no intencionadas”, señales “débiles o ambiguas sobre ‘líneas rojas'”, aseguró, en una clara referencia al incumplimiento de Barack Obama en 2013 de su promesa de intervenir en Siria si el régimen usaba armas químicas.
“Las palabras por sí solas no pueden acabar con una historia complicada y en ocasiones contenciosa entre nuestros dos países. Pero necesitamos un diálogo abierto y franco con Rusia sobre sus ambiciones, para que sepamos cómo trazar nuestro rumbo”, argumentó.
“Cuando la cooperación con Rusia basándonos en intereses comunes sea posible, como la reducción de la amenaza del terrorismo, debemos explorar esas opciones”, agregó. Sin embargo, “Rusia debe saber que haremos cumplir nuestros compromisos y los de nuestros aliados, y que Rusia debe rendir cuenta por sus acciones”.
Lo que sí dijo es que es necesario conversar con Rusia para determinar el carácter de la relación futura. “Ellos tienen la visión de haber sido maltratados al desaparecer la Unión Soviética, y que merecen tener un rol en el nuevo orden formado tras su desaparición. Antes no estuvieron en una posicion para reafirmar su posición y forzar una conversación. Pero este es su camino y es predecible”, subrayó.
“La pregunta es si Rusia siempre va a querer ser un adversario de EE.UU. Tenemos que mover a Rusia de ser siempre adversarios a ser socios de vez en cuando”.
Con información de Clarín y Debate