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Toluca
Emiliano Fittipaldi, periodista italiano absuelto en 2016 por el caso Vatileaks2 —el escándalo por la filtración de documentos vaticanos—, aseguró en su màs reciente obra, Lussuria (Lujuria), que ese “sistema” permite la protección de religiosos investigados o condenados por casos de pederastia.
Según su recuento, más de doscientos religiosos fueron vinculados en los últimos años con casos de abusos a menores, aunque Fittipaldi se refiere a ellos tanto a investigados como a condenados, sin precisar de momento cuántos de ellos fueron absueltos.
Fittipaldi cita entrevistas con sacerdotes y funcionarios judiciales para pintar un cuadro condenatorio de los tres primeros años del papado de Francisco. El autor afirma que 1.200 denuncias plausibles de acoso de niños y niñas de todo el mundo han sido puestas a consideración del Vaticano en ese período. En algunos de los veinte casos de presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Italia en 2016, escribe Fittipaldi, los sacerdotes han sido condenados por abuso sin que la Iglesia haya tomado ninguna acción canónica contra ellos.
“En los últimos dos lustros, contando solo a condenados e investigados, hay más de 200 sacerdotes italianos denunciados por actos de lujuria con adolescentes”, escribe Fittipaldi. A pesar de ello, añade, en Italia “el escándalo nunca ha explotado”.
El periodista es el autor del libro Avarizia que, junto a su colega de profesión Gianluigi Nuzzi, destapó en noviembre del 2015 lo que se conoció como caso “Vatileaks2” , un escándalo sobre información clasificada de carácter financiero de la Santa Sede por el que ambos fueron juzgados y absueltos en julio del 2016.
Sí fueron condenados, por contra, el sacerdote español Lucio Vallejo y su ex colaboradora Francesca Chaouqui por filtrar los documentos publicados. En esta ocasión, Fittipaldi carga contra “el sistema que cubre y protege a “los orcos y a las arcas de la Iglesia“ que, asegura, ”también funciona“ en Italia.
Así, por ejemplo, cita en Calabria (sur) al religioso Antonello Tropea que ” en marzo del 2015 fue encontrado por la Policía en un coche con un joven de 17 años“que conoció gracias a una ” aplicación usada para encuentros entre homosexuales“.
” Investigado por prostitución de menores, continúa ejerciendo como cura“, mientras que el obispo italiano Francesco Milito le aconseja, según Fittipaldi, ”evitar hablar con los carabineros sobre estas cosas“.
También en Calabria, en esta ocasión en la diócesis de Locri, Fittipaldi menciona al obispo Francesco Oliva para subrayar que ”en el 2015 manda a una parroquia de Civitavecchia (centro) a un sacerdote suyo, don Francesco Rutigliano, que la Congregación para la Doctrina de la Fe había suspendido por cuatro años, en el 2011, por abuso de menores“cometidos ” entre el 2006 y el 2008“.
Fittipaldi también cita al religioso Franco Legrottaglie,”condenado en 2000 por abusos“a dos chicas jóvenes, que ”en el 2010 fue nombrado por el obispo emérito Rocco Talucci capellán del hospital y cura en una iglesia” de Ostuni, una localidad de Apulia (sur).
Fittipaldi escribió Lussuria durante su juicio por obtener ilegalmente documentos secretos. Hablando con The Guardian, recordó: “Fue irónico estar allí, durante el juicio. Pensaba que muchos sacerdotes y obispos y cardenales estaban involucrados en abuso sexual y el Vaticano no hacía nada. Prefieren perseguir a periodistas”.
Con información de Prensa Libre e Infobae