• La magistrada Larisa Ortiz Quintero imparte el Módulo III del Diplomado “La tutela de los derechos humanos con perspectiva de género”, de la CODHEM.
• Hasta hace unos años México se colocaba en el lugar 5 en el mundo con 291 lenguas habladas en el país.
Toluca.- Los seres humanos son diversos, pero todos tienen dignidad, por tanto, se debe reconocer, respetar, valorar, dialogar y solidarizar con las personas de los pueblos indígenas para que haya una verdadera perspectiva de interculturalidad, explicó la magistrada Larisa Ortiz Quintero.
Al impartir el Módulo III del Diplomado “La tutela de los derechos humanos con perspectiva de género” organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), detalló que la base de la interculturalidad está en los pueblos indígenas y la perspectiva de interculturalidad es el enfoque con que debe interpretarse y atenderse determinada situación.
La interculturalidad tiene dos dimensiones: la fáctica o real, es decir, lo que es o sucede en la realidad, y la filosófica y de derechos humanos, o lo que debiera ser; la primera se refiere a la interacción entre las y los sujetos -de manera individual o colectiva- de diversas culturas, mientras que la segunda, busca que las interacciones entre personas de distintas culturas se den bajo ciertos principios que permitan su convivencia armónica en pro del desarrollo de la humanidad, desde y para diferentes modelos de desarrollo.
La magistrada comentó que hay diversidad cultural y aunque es difícil medirla, un indicador es el número de lenguas habladas en una región o en el mundo; al respecto, un informe de 2005 enlistó los países con mayor cantidad: Nueva Guinea con 820 lenguas, Indonesia 737, Nigeria 510, India 415 y México 291 (actualmente se sabe que son 68 lenguas indígenas y el español); sumando 1008 en América y 6,912 en el mundo.
Expuso que hay lugares con diversidad cultural donde siguen las asimetrías, que significa que una cultura se impone a otras; por ello, la perspectiva de los derechos humanos revisa situaciones como el racismo, clasismo y otras, para aplicar principios que permitan una convivencia cada vez más armónica, no obstante, México es el primer país a nivel internacional en el que se excluye a todos los grupos: indígenas, de la diversidad sexual, personas con discapacidad.