Marco Antonio Rodríguez Blásquez*
En mi anterior colaboración, comente que del tiempo que aún queda hasta el día de la elección, los resultados que hasta hoy conocemos de las casas encuestadoras, se modificaran durante la contienda electoral, derivado de distintos eventos que irán evidenciándose.
En los futuros resultados que se obtendrán de estos ejercicios demoscópicos (encuestas), tendrá un impacto la información que vincule a los candidatos en actos de corrupción. Igual influirán las sobreexposiciones que tendrán estos en presentaciones, entrevistas y los tres debates que organizará el Instituto Nacional Electoral.
Esto se observó en la pasada Convención Nacional Bancaria, en donde el independiente Armando Ríos Piter sorprendió a los dueños y representantes de las instituciones financieras por la elocuencia y solidez que tuvieron sus propuestas.
Con los debates, los candidatos que ocupan el segundo y tercer lugar, podrán ganar puntos, más aun si AMLO no asiste a los que no organizara el INE. El puntero en una campaña electoral es el que menos quiere arriesgan en entrevistas y debates, y en el caso de AMLO si se negara a asistir pagaría un alto costo, tal como le sucedió en el debate del año 2006 en el que al no presentarse perdió puntos importantes.
Ahora bien, ¿Quién tiene mayores oportunidades en los debates? Además de cuidar la actitud corporal, la dicción, etc., es importante construir una narrativa incluyente con el público, abordando soluciones a los temas que más preocupan a la población.
Triunfa aquel que llega mejor preparado a los debates, con las respuestas a las interrogantes que lanzaran los adversarios, además cuenta mucho el tener a la mano datos duros que evidencien a los demás contendientes en actos de corrupción. En mi experiencia como consultor el contar con información y exponer de manera contundente datos duros, se convierte esto, en un detonante en contra del o los adversarios. Es de suma importancia en esta parte del debate, contar con una estrategia de blindaje que permita al candidato librar los ataques y no sucumbir ante ellos.
Un ejemplo: Al equivocar Anaya su estrategia contra el lavado de dinero, cayó al lugar 3, según el análisis en Facebook que realiza SDP Noticias, que en mi opinión es más acertivo e imparcial que las encuestas. AMLO 39, Meade 24 Anaya 19.
Quienes más deberán aplicarse en este blindaje, son los asesores de Meade, quienes en los últimos días ha iniciado su deslinde de priistas corruptos, lo cual no es suficiente si quiere triunfar en la contienda. El presentarse como el más honesto, con mayor experiencia que son más los buenos que los malos servidores públicos, no logro prender, razón por la cual deben emprender una estrategia que le garantice rentabilidad electoral. Emplear un discurso congruente con las acciones que realice. Le favorecería iniciar a desligarse de aquellos ex compañeros del actual gabinete presidencial y que reiteradamente han sido señalados por actos de corrupción.
Culpables o no, el hacerse acompañar por aquellos que han sido estigmatizados por la sociedad constituirían una carga más que aprovecharían sus adversarios. Debe tener presente el candidato Meade que aun sin ser el directamente el responsable de los ilícitos que sean evidenciado durante esta administración, es el que cuenta con mayores negativos que van desde el caso Lozoya, el zocavón de Cuernavaca, la licitación frustrada del tren Mexico-Queretaro, la compra de plantas de fertilizantes en condición de chatarras por parte de PEMEX, la corrupción representada por Rosario Robles, los 400 millones desviados de las pensiones que corresponden a los burócratas del estado hacia la empresa ICA, misma que está quebrada.
En esto deben trabajar el equipo de Meade, en como blindar a su candidato de los obuses que seguramente recibirá durante los siguientes debates y entrevistas en que participe.
*Mtro. Marco Antonio Rodríguez Blásquez/Dir. Gral. De Consultoría Estratégica