IMPULSO/Redacción
Toluca
Al pintor Luis Nishizawa (Cuautitlán, Estado de México, 2 de febrero, 1918 – Toluca de Lerdo, Estado de México, 29 de septiembre, 2014) se le recordará siempre por su obra, legado artístico que exhibe el interés constante en la renovación y en la búsqueda por encontrar nuevas formas de expresión plástica, expresó en mesa redonda Alicia Sánchez Mejorada.
La investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), junto con la Teresa Favela, adscrita a la misma institución, y Abigail Aranda, académica de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, abordaron la vida y obra del creador emérito del Fonca, en evento realizado en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.
Alicia Sánchez Mejorada hizo un repaso por la biografía del pintor considerado uno de los grandes maestros de la pintura mexicana. Manifestó el artista sabía contemplar el paisaje y que grandes temas fueron sus personajes en su obra: la vida diaria, las tradiciones mexicanas y las naturalezas muertas.
“Fue un creador que supo conjugar su herencia mexicana y japonesa: la sensibilidad y el entendimiento de los ritmos de la vida diaria, así como la disciplina y el gusto por el trabajo comprometido”.
Apuntó que a los 24 años de edad Nishizawa se inscribió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, la Antigua Academia de San Carlos, lugar en el que hizo evidente su tenacidad artística. Añadió que su época de estudiante entre los años 42 y 46 se caracterizó por los discursos sobre aquello que configura la identidad del mexicano, y recibió la influencia de maestros como Benjamín Coria.
En opinión de la historiadora de arte y ceramista, la obra de Nishizawa estuvo envuelta por el realismo a finales de la década de los cuarenta del siglo XX, por lo que el paisaje, las escenas costumbristas, y retratos fueron sus temas favoritos.
“Su obra plástica no se limita a una sola técnica, a lo largo del tiempo se expresó como dibujante, acuarelista, pintor, ceramista, pintor, escultor, grabador y muralista. En sus composiciones pictóricas resuenan ecos de otros maestros, varias escuelas y tradiciones”.
Agregó la académica que la obra del homenajeado transita por el naturalismo, el nacionalismo, el expresionismo, obras de tendencia abstracta, la figuración y la influencia de la estampa japonesa.
“Él no se adhiere a ninguna tendencia, las traslata y actualiza, y las trabaja indistintamente a lo largo de su vida”.
Sobre su trayectoria docente, Sánchez Mejorada comentó enseñó los lenguajes del arte, pues impartió su cátedra y conocimientos en el Taller de Técnicas y Materiales de la ENAP, donde formó una gran cantidad de jóvenes artistas y artesanos, varios de los cuales permanecen como académicos de la hoy Facultad de Artes Plásticas y Diseño de la UNAM.
“Con paciencia y meticulosa curiosidad enseñó a sus alumnos el respeto por el oficio y los secretos de las antiguas técnicas pictóricas. Era una especia de alquimista, sabio que alentaba a los jóvenes a escuchar a los materiales pictóricos, el sonido del carboncillo, el grafito sobre el papel, el movimiento de las espátulas y los pinceles sobre lienzos y maderas, las propiedades del color, y los matices de los pigmentos.
“Fue un excelente dibujante, pintor detallista y cuidadoso investigador. Nishizawa reivindicó técnicas ancestrales como el temple para aplicarla a su pintura mural y a su pintura de caballete”.
Sánchez Mejorada apuntó que en los 60 el pintor dio un giro hacia un abstraccionismo expresionista y realizó grandes dibujos dramáticos, quizá influenciado por la propuesta del grupo de los interioristas quienes se proclamaban con un discurso humanista y disidente.
“Nishizawa resignificó el paisaje nuestro, le imprimió su propio sello al sugerir y recuperar las infinitas variantes de la atmósfera, su entorno y su luz. […] Sus imágenes se reducen y simplifican con una visión poética muy particular, le gustaban las atmósfera sugeridas y envolventes”.
La investigadora concluyó su participación al decir que a través de formas y colores que retratan situaciones simbólicas, Nishizawa en su obra transmite emoción y belleza.
En su intervención, Teresa Favela manifestó que en la obra del maestro está presente una influencia japonesa, legado de su padre.
“Siqueiros decía que la obra de Nishizawa con extraordinario talento y frecuente maestría manifestaba un deseo de sobrepasar el realismo del pasado, es decir, hacer más hondo el espacio, más voluminoso el volumen, más agarrable la textura y hacer más móvil el movimiento en un sentido general de la expresión”, puntualizó.