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Ciudad de México
El 1 de noviembre del 2008, afuera del Estadio 3 de marzo fue ejecutado David “Magic” Mendoza, futbolista surgido de los rojinegros del Atlas y quien pasó por otros clubes como Chivas y Cruz Azul.
Lo asesinaron a balazos a bordo de una camioneta donde viajaba con cuatro acompañantes, uno de los cuales era el exfutbolista Miguel Zepeda, así como Saúl Flores Castro, hijo de Raúl Flores Hernández, líder de una red de narcotráfico que fue vinculado por autoridades de Estados Unidos y con el capitán de la Selección Mexicana, Rafael Márquez Álvarez.
Las otras dos personas que acompañaron esa noche al Magic, de acuerdo a información de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco, eran Omar Caro Urias, hijo del fundador del Cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, y Víctor Manuel Carranza Zepeda, quien fue detenido en 2012 en Zapopan, acusado de robo a casa-habitación.
Excepto Zepeda, quien compartió cancha con David Mendoza, los otros tres personajes aparecieron dentro del organigrama de 21 prestanombres que dio a conocer este miércoles el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que sirve a Flores Hernández para lavar dinero, y mismo esquema en el que fue incluido el defensa y seleccionado mexicano, quien horas después negó cualquier participación con alguna organización delictiva.
Casi una década después, el asesinato del Magic Mendoza, quien defendió también las camisetas de León, Veracruz, Necaxa y Dorados, volvió a la palestra debido a los nexos entre Raúl Flores Hernández y las personas que lo acompañaban la noche en la que perdió la vida de tres disparos.