IMPULSO/ Redacción
Toluca
La presunta violación a los derechos humanos ha sido parte de la estrategia legal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien se quejó varias veces cuando estaba preso en México, y este viernes lo hizo ante un tribunal federal del distrito de Brooklyn, en Nueva York.
Los abogados del líder del “Cártel de Sinaloa”, quien fue trasladado del Centro Correccional Metropolitano, en Manhattan, cuestionaron los documentos de extradición, aseguran que el capo está en malas condiciones porque pasa 23 horas en su celda, sólo tiene una hora para hacer ejercicio a solas, no le dejan tomar agua y quieren que se le autorice recibir visitas en el penal, por ejemplo a su esposa, Emma Coronel, y a su abogada, Silvia Delgado.
Cuando Guzmán Loera estuvo preso en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 1, El Altiplano, se quejó de que no podía dormir porque en el día el pase de lista era cada hora, y en la noche cada dos, además que había un perro que ladraba mucho. También denunció que estaba incomunicado, que no recibía visitas.
Cuando fue trasladado al Cefereso 9, en Ciudad Juárez, Chihuahua, se quejó de situaciones similares.
El abogado José Refugio aseguró que su cliente era tratado de manera denigrante y humillante, lo que le ocasionó algunos problemas de salud y trastornos emocionales; dijo que no lo dejaban dormir porque tenía la luz encendida, tenía que responder al pase de lista y el encierro le había ocasionado trastornos emocionales, estrés y angustia.
El litigante agregó, en aquellos días, que el narcotraficante se desesperaba porque no tenía contacto con la demás población y que se le había subido mucho la presión por las condiciones en que estaba, además que no siempre le permitían tomar sus medicamentos.
La esposa y el abogado presentaron tres quejas en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por la situación en ambos reclusorios, pero el organismo concluyó, después de que un visitador hizo la indagatoria, que no se le violaron sus derechos como lo habían señalado los familiares y el abogado.
Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora de la CNDH, informó que el interno se encontraba bien, incluso que las autoridades habían actuado conforme a la ley.
Este viernes, “El Chapo” vestía el traje azul reglamentario de la Correccional estadounidense; desde su traslado al tribunal estuvo bajo un fuerte dispositivo de seguridad que incluyó el sobrevuelo de un helicóptero.
Coronel y Delgado estuvieron en esta segunda audiencia, el pasado 20 de enero fue la primera y aquella vez se declaró no culpable de los diecisiete cargos que le imputan, que de ser hallado culpable podría recibir cadena perpétua.
Guzmán Loera fue extraditado a Estados Unidos el pasado 19 de enero del Cefereso 9, al que llegó proveniente del Altiplano, donde fue internado el 8 de enero de 2016, día que fue reaprehendido con su escolta Orso Iván Gastélum Ávila, “El Cholo Iván”, en Los Mochis, Sinaloa, por elementos de la Policía Federal en una carretera, durante el operativo de la Armada de México.
El 11 de julio de 2014, “El Chapo” escapó de El Altiplano por un túnel de mil 500 metros de largo, que comenzaba en la bodega de una casa, en medio de una zona de milpas, y desembocaba en el piso de la regadera de su celda.
Había sido capturado el 22 de febrero de 2014, por personal de la Secretaría de Marina, en un condominio de Mazatlán, donde estaba con su pareja y sus hijas gemelas. Fue trasladado al Altiplano después de que el 19 de enero de 2001 escapó del Centro Federal de Readaptación Social Número, Occidente, de Puente Grande, Jalisco. Había sido detenido el 10 de junio de 1993, en Guatemala.