- Viene una crisis aún más grave
David Arellano Ortega
En la primera y segunda entrega de esta columna les he mencionado sobre algunos incidentes de comunicación que han pasado a ser problemas al no ser atendidos, donde incluso parecieran que son novatos los que realizan la “Estrategia de Comunicación” –si es que, así se le puede llamar- que parecen más ocurrencias… ¡Con todo respeto!
La crisis sanitaria, que como lo comentaba en la anterior entrega, fue aplazada, viene ahora la crisis económica, pero además se viene arrastrando una de Comunicación, que podría ser incluso más grave que las dos anteriores.
¿A qué me refiero con ello? A que en cualquier momento, pero sobre todo en crisis, la comunicación se convierte en acciones precisas, de llamados concretos para alertar y movilizar a la población, acciones en conjunto para defender y proteger a la gente. En escenarios de crisis como el que estamos pasando en el país si la gente pierde credibilidad en las instituciones, en los funcionarios, es decir, en quien emite esas instrucciones, deja de alertar sobre riesgos o declaran victorias irreales, el esfuerzo y la defensa de la gente deja de surtir efecto, lamentablemente nos estamos acercando a este escenario.
Una de las reglas básicas en Comunicación Estratégica es la coordinación y homogenización de los mensajes, sin embargo lo que hemos escuchado y visto a lo largo de esta crisis sanitaria ha sido incongruencia y contradicción entre los distintos niveles de gobierno, sectores, instituciones y funcionarios. Quizás –y quiero pensar que así sea- para darnos ánimo y evitar brotes de pánico.
Las autoridades mandan señales de que lo peor ya pasó y muy pronto volveremos a la normalidad. No es mala idea tranquilizar a la sociedad, siempre y cuando sean mensajes esperanzadores y coordinados, que además no terminen por minar más, la ya desgastada credibilidad de la existencia de la pandemia y de las autoridades. No lograremos una estrategia eficaz mientras las instancias, funcionarios y sectores no tengan la misma directriz, los mensajes no coincidan y unos y otros se desmientan o digan que los datos de uno, son erróneos a los propios.
Por eso es que pasa lo que estamos viendo todos los días en las calles: medio salimos de casa, medio usamos el cubrebocas, algunos establecimientos abren y otros no, en algunos estados se imponen restricciones severas y multas y en otros como si no fuera tan grave la pandemia, en algunos municipios sanitazan en otros la gente no los deja y queman patrullas, en unos las personas mueren todos los días y la gente sigue creyendo que es por otras causas, en otras ya no quieren salir. La gran pregunta es quien tiene la culpa de esto ¿Serán los medios de comunicación, los científicos, las autoridades sanitarias, el ejecutivo, la sociedad? Lo cierto es que si fuera esto una orquesta, no están haciendo música, sólo ruido, todos tocan como pueden o creen que es mejor, lo que quiere o puede, lo que sí es cierto, es que no están tocando la misma partitura… ¡Qué Chulada!
Las autoridades tienen una función muy delicada al convocar a la población a que asuman ciertas actitudes, que respeten las instrucciones sanitarias y preservar la paz social que ya se ha descontrolados en varios estados y municipios, por la falta de congruencia en el mensaje, donde creen más un audio, un mensaje en WhatsApp o Facebook, que la información oficial. Los medios de Comunicación resultan igualmente pieza clave, si ellos la población carecería de herramientas para enterarse de lo que sucede, de lo que indica el gobierno o de lo que recomiendan los expertos.
En este sentido, es evidente que ya estamos padeciendo una crisis más, la de la comunicación, cuando un científico informa sobre datos duros, las autoridades contratacan con mensajes contrarios, que lo único que generan es polarizar y dividir a la población, entre quienes creen una cosa y otra.
Las crisis sirven para dos cosas para separar u homogenizar el sentir de la población, esté último, claro si saben hacer lo correcto. Una crisis de este tamaño debería de ser un pegamento natural para encausar los objetivos del país y de los gobiernos, todos ellos en sus distintos niveles podrían amalgamar las causas incluso para tomarlo como bandera de su gobierno en beneficio de la población y sus buen actuar al respecto.
Lamentablemente la crisis está poniendo al descubierto las grandes carencias de nuestros funcionarios, que más temprano que tarde lacerará a las familias de nuestro país, de nuestro estado y cada día más cercana de nuestros municipios… ¡Qué Chulada!
El autor es Periodista de profesión, has sido funcionario público en distintas ocasiones,Consultor en Imagen Pública y Comunicación Estratégica Gubernamental.