IMPULSO/Agencia SUN
Nuevo León
Pumas es un experimento fallido. Buscó jugarle con variantes a Rayados y fracasó, por 2-1, en medio de errores y apretadas decisiones arbitrales que provocaron su octavo partido al hilo sin ganar en la Liga.
La crisis auriazul se tornó roja, como la tarjeta que los dejó con un hombre menos a los 58 minutos, en una agresión del mediocampista español Abraham González sobre Alfonso González, autor del tanto que acabaría con la efímera ventaja felina.
Crisis que se tornó colorada, como el rostro del técnico David Patiño que se desgastó en reclamos e indicaciones hacia sus pupilos, tan escasos de manejo de juego.
La felicidad de los auriazules duró sólo cinco minutos. Jesús Gallardo sorprendió a la defensa, para abrir el marcador con un tiro cruzado (14 minutos). Pasó lo mismo que en sus últimos partidos. Frente al Cruz Azul y contra Necaxa lo ganaban, hasta que sus errores los alcanzaron.
El defensa español Alejandro Arribas, cometió penalti en una apretada entrada sobre Dorlan Pabón, que el árbitro Erick Yair Miranda sancionó y Alfonso González convirtió para igualarlo (19’).
A la media hora de partido, los felinos se querían devorar al silbante, luego de un gol invalidado a Nicolás Castillo, por una supuesta falta en el área rival.
Poco antes de irse al descanso (44’), Rayados puso orden en su flamante casa, en una jugada a balón parado donde el portero Alfredo Saldívar midió mal el esférico y en un mal rechace dejó a José María Basanta que la empujara de cabeza directo a las redes, para un 2-1 que inyecta a la escuadra de Antonio Mohamed con la confianza necesaria para entrar a la contienda del título del Clausura 2018, donde suman 24 puntos.
Mientras que a los Pumas se les fue oportunidad de acercarse a la zona de clasificación, para quedarse con 17 unidades. Los capitalinos quisieron recomponer para el complemento, mas el tiempo no alcanzó ni con la urgente incorporación de Alustiza y un chileno Castillo falto de puntería.
Sequía de resultados positivos que no sólo compromete la Liguilla, sino el puesto de Patiño, incluso, las aspiraciones de reelección del presidente Rodrigo Ares de Parga.