IMPULSO/ Edición Web
Ciudad de México
La tensión política en España llegó a uno de sus máximos luego de que el destituido presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, hiciera un llamado a resistir pacíficamente la toma de control de Cataluña por el Gobierno español tras la declaración de independencia del parlamento regional.
Puigdemont aseveró que la aplicación del Artículo 155 de la Constitución es una agresión para los catalanes y pidió que protestaran “sin abandonar la conducta cívica” contra las medidas que el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, presentó el viernes.
“Tenemos claro que la mejor manera de defender las conquistas logradas hasta hoy es la oposición democrática a la aplicación del Artículo 155, que es la consumación de una agresión premeditada a la voluntad de los catalanes, que de manera muy mayoritaria y a lo largo de muchos años nos hemos sentido nación de Europa”, indicó.
El abogado de Puigdemont afirmó que hay “dos legalidades coexistiendo” en Cataluña. Mientras que la visión del Gobierno español es muy distinta: “Existe una legalidad y una invención”, señaló una fuente del departamento de presidencia.
Por el momento, Rajoy consiguió el relevo del mayor de los Mossos d’Esquadra. Su director, Josep Lluís Trapero, aceptó su cese y cedió su lugar a su número dos como ordenó el Ministerio del Interior. Pero ni los compañeros de Gobierno de Puigdemont ni los diputados independentistas que declararon la secesión dieron indicios de abandonar sus cargos.
El presidente Rajoy delegó a la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Saénz, las funciones y competencias que corresponden al presidente y al Gobierno de la Generalitat de Cataluña.
Al rechazo a la declaración de independencia catalana se sumó ayer el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, quien señaló que “nadie reconoce ni reconocerá a Cataluña como un Estado independiente”. (Informador)