IMPULSO/ Alejandra Barrales Magdaleno
Quien piense que las encuestas reflejan el dolor, la frustración, el temor y la incertidumbre de la gente está equivocado, no hay número ni estadística que demuestre la realidad que a diario viven millones de mexicanos, mucho menos en el Estado de México, donde sus habitantes ya no pueden caminar tranquilos por la calle, no están seguros en el transporte ni en sus casas, y en donde la violencia y la corrupción han permeado en todos los sectores y en todos los niveles.
El Estado de México ha sido laboratorio de políticas fallidas e ineficaces, cuyas consecuencias no sólo son visibles, sino que han sido denunciadas constantemente. Tan sólo el año pasado, ocupó los primeros lugares en delitos de alto impacto, como secuestro, robo a casa habitación y de vehículos.
El problema es que el PRI prefiere ver encuestas antes que ir casa por casa para conocer la realidad de los mexiquenses; el problema es que el PRI prefiere comprar el voto de la gente, antes que trabajar para solucionar de fondo los problemas que ellos mismos han generado; el problema es que el PRI prefiere disfrazar la realidad con costosas campañas, antes que reconocer que no ha cumplido y que no tiene la voluntad de hacerlo.
La estrategia del PRI es confundir a los mexicanos, al decir que la elección “ya está ganada”, porque así lo dicen las encuestas. Es impedir que la gente vaya a las urnas a ejercer su derecho de elegir, para robar esa decisión; es convencerlos que si uno vota no hará la diferencia, porque así lo han hecho por casi 100 años y creen que les va a seguir funcionando. Pero nosotros, desde el PRD, les aseguramos que esto no es verdad, hay millones de mexiquenses que no votarán por quienes una y otra vez les han fallado.
Esos hombres y mujeres que quieren recuperar el Estado de México han depositado su confianza en el proyecto de izquierda social, incluyente y progresista que abandera nuestro candidato, Juan Zepeda. Hay quienes hablan de otra izquierda, pero a esa le da vergüenza defender los derechos básicos, como el de las mujeres a elegir sobre su propio cuerpo, el derecho al matrimonio igualitario y el derecho a ser respetados por quienes somos.
Hoy más que nunca, los mexiquenses quieren participar en la reconstrucción de su estado, quieren ser parte del presente y del futuro que van a dejar a sus hijos e hijas, y buscan un proyecto social en el cual sean escuchados y tomados en cuenta.
Es por eso que Juan Zepeda ha ganado la confianza de la gente en todos los municipios que ha visitado, porque sus resultados son testimonio de que con voluntad y trabajo sí se puede mejorar la seguridad, sí se pueden generar más empleos, sí se puede reconstruir el tejido social, incluso en una de las comunidades más conflictivas del país.
A solo unos días de las elecciones en el Estado de México, las encuestas de Mendoza Blanco y Asociados, Indemer y la revista Campaigns&Elections aseguran que Juan Zepeda rebasa los 20 puntos, muy cerca de ganar las elecciones, cuando arrancó con sólo 7%. Este crecimiento no ha sido mágico, ha sido por el proyecto de izquierda que ha defendido y materializado por años.
A Juan Zepeda no sólo lo respaldan los números, lo respalda la gente que sabe que es el único que tiene una estrategia de seguridad bien definida; es el único proyecto que ha defendido una gran inversión para la educación; es el único que ha dicho cómo mejorará el transporte público para hacerlo eficaz y seguro; es el único que ha hablado de un desarrollo sustentable y en equilibrio con el medio ambiente.