IMPULSO/ Miguel Á. García
Toluca
LA DISMINUCIÓN DE la temperatura, los días más cortos con menos luz durante las tardes, pero también la falta de recursos a los que se suma la soledad de algunas personas, son los factores que generan que la noche de Año Nuevo pueda ser motivo de depresión para un sector de la población. Marissa Torres, psicóloga especialista emocional, señala que un buen aliciente para la población en los últimos días de ciclo es generar la conocida lista de propósitos de Año Nuevo, la cual advierte debe estar apegada a nuestra realidad para que no se convierta en motivo de frustración el ciclo venidero a partir del periodo de cambio desde un momento de reflexión.
“Puede ayudar porque nos ayuda a planear nuestro nuevo año, a ver qué si tenemos, pero es importante que sean propósitos realistas porque no podemos esperar que como es Año Nuevo voy a ser una persona totalmente diferente, sino que vayan de acuerdo a quién soy yo así puedo ir alcanzando esos propósitos y entonces me puedo sentir mejor conmigo mismo”.
Explica que estos propósitos deben partir de la persona que somos y las circunstancias que vivimos todos los días, porque si nunca hemos hecho ejercicio, será muy difícil que nos convirtamos en deportistas, o viajar cuando nuestras posibilidades económicas son limitadas. Señala que la clave es proponernos intentar nuevas cosas para que no sean una obligación sino un motivo de cambio.
“Mucha gente tiende a retomar esos mismos propósitos, yo los invitaría más a reflexionar qué propósitos vienen realmente desde dentro y cuáles vienen de ver que a otras personas les funcionan, porque no a todos nos funciona lo mismo, sino que lo importante es que creamos que vamos a ser felices con eso y cada quien tiene su forma de ser feliz”.
“Estos propósitos deben partir de la persona que somos y las circunstancias que vivimos todos los días, porque si nunca hemos hecho ejercicio, será muy difícil que nos convirtamos en deportistas”.
MARISSA TORRES, Psicóloga especialista emocional.
