David Esquivel
Cuautitlán-. Triste, vergonzosa y lamentable son los calificativos que se pueden dar a la gestión del Fiscal General de Justicia del Estado de México, Alejandro Jaime Gómez Sánchez, porque perjudicó a los mexiquenses, ya que a lo largo de los 8 años que estuvo en el cargo, la entidad se mantuvo a la cabeza en incidencia delictiva, señaló el diputado local de Morena, Mario Ariel Juárez Rodríguez.
El legislador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), apuntó que quien llegue a la Fiscalía estatal tendrá que remover a todos los fiscales regionales del Estado de México y, además, profesionalizar el servicio de los Ministerios Públicos.
El también integrante de la Comisión Legislativa de Procuración y Administración de Justicia, señaló, el perfil del fiscal para atender la entidad, líder en el delito de feminicidio, deberá ser un servidor público sensible, que no pierda el lado humano, que salga y revise las condiciones en que trabajan los ministerios públicos, porque de nada sirve poner un fiscal regional ya que, a final del día, lo que vemos es el actuar de cada uno de ellos, expresó.
De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), la entidad lidera la lista, en el país, con el mayor número de feminicidios de enero a diciembre de 2021, con 143 casos de los 966 a nivel nacional, señaló el diputado morenista.
Afirmó que los grandes pendientes que dejó el Fiscal Alejandro Gómez, es la actuación de los Ministerios Públicos (M.P.) y la fabricación de carpetas.
Acotó que la administración de justicia va ligada a lo que es el sistema penitenciario y que todo lo que procesan los M.P. repercute en el sistema penitenciario, porque hay muchas carpetas de investigación fabricadas, una total opacidad en el funcionamiento de los M.P. a la hora de integrar carpetas de investigación.
Reiteró: “Hay que remover a todos los fiscales regionales del Estado de México”, no de Cuautitlán a Texcoco; Tlalnepantla a Ecatepec ni de Toluca sino a todos, además, se tiene que profesionalizar más a los encargados de administrar la justicia, sobre todo que lo hagan con más sentido humano, sensibilidad y cuenten con perfiles adecuados.