IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad De México
Las promesas de campaña de los candidatos a la Presidencia de México pueden comprometer las finanzas públicas, coincidieron expertos consultados por EL UNIVERSAL. El principal reto para quien resulte electo es contar con ingresos suficientes para llevar a cabo su plan.
“No sólo se requiere una reingeniería del gasto, sino también de los ingresos”, afirma el director general de Bursamétrica, Ernesto O’Farril. El experto dice que las propuestas de los presidenciables son muy pobres y no dejan ver con claridad hacia dónde va su política económica.
El aspirante de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, promete dar un salario mensual de 3 mil 600 pesos a jóvenes que trabajen y aprendan un oficio. El candidato de la alianza Por México al Frente, Ricardo Anaya, ofrece garantizar una renta básica universal de mil 500 pesos a todos los mexicanos, en tanto que el abanderado de Todos por México, José Antonio Meade, asegura que duplicará la pensión a los adultos mayores, de mil 160 a 2 mil 320 pesos cada dos meses.
“Un común denominador de los candidatos es que confían en el gasto público como motor de crecimiento económico, pero el mayor desafío que enfrentarán será generar los ingresos suficientes para garantizar sus programas sin generar deuda”, dice José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.
