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Opinión

IMPULSO/ Carlos Heredia Zubieta
El “problema mexicano” en EE.UU.

Durante su campaña electoral, Donald Trump alimentó el enojo y el miedo de millones de trabajadores estadounidenses. Le dio un chivo expiatorio a quien culpar de su disminuido estatus social y del temor de perder su empleo: los mexicanos.

El sentimiento antimexicano ya existía de mucho tiempo atrás, pero Trump le echó leña al fuego. Sabía que el ataque a los migrantes mexicanos le redituaría mayores beneficios que costos electorales. Para el grueso de la población estadounidense, la palabra “mexicanos” evoca a personas con tres características: son de piel morena, hablan español y realizan trabajos que los estadounidenses no harían por tan bajos salarios.

Así hayan nacido en Guatemala, El Salvador, Honduras o Colombia, “son todos mexicanos”. Muchos de ellos no tienen papeles para trabajar, por lo que tratan de pasar desapercibidos. Sin embargo, el odio y el racismo desconocen papeles. Un amigo migrante me comparte su angustia: el mensaje que recibimos cada hora de cada día es: “los necesitamos, pero no los queremos”.

Aquí es donde se origina de manera artificial “el problema mexicano”. Los inmigrantes han estado en la mira de campañas de odio a lo largo de la historia de Estados Unidos. Ayer fueron los irlandeses, los italianos y los judíos. Hoy somos los mexicanos.

Los trabajadores estadounidenses no están perdiendo su empleo a manos de los mexicanos, sino de profundos cambios estructurales en el seno de su país. En 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tenía tres características destacadas: su economía representaba 50% de la producción mundial, su poder militar no tenía rival, y contaba con una clase media con un amplio horizonte de movilidad social ascendente para cada nueva generación.

En un mundo crecientemente multipolar, la Unión Americana sigue siendo el mayor poder bélico, pero su lustre se ha perdido en los otros dos objetivos: en 2015 su PIB fue de apenas 21% del total mundial, mientras que la clase media se contrae en un contexto de incremento de las grandes fortunas financieras, de dramático crecimiento de los niños en situación de pobreza, y de profundas divisiones raciales y de clases sociales.

Ah, pero los mexicanos tenemos la culpa del Ébola y del terrorismo, llevamos enfermedades contagiosas y, además, somos violadores, ladrones y criminales —Trump dixit.
Twitter: @Carlos_Tampico

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