• Durante el Diplomado “La tutela de los derechos humanos con perspectiva de género”, la magistrada Larisa Ortiz Quintero comentó que deben analizarse los elementos culturales en caso de posible afectación a derechos humanos.
• Expuso que el artículo segundo constitucional señala que México es un país con una composición pluricultural sustentada en sus pueblos indígenas.
Toluca.- En todos los casos de posibles afectaciones a derechos humanos de personas indígenas, el personal de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) debe privilegiar el respeto a la dignidad humana, indicó la magistrada del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, Larisa Ortiz Quintero.
Durante la sesión del Módulo III del Diplomado “La tutela de los derechos humanos con perspectiva de género”, impartido en la Casa de la Dignidad y las Libertades, explicó que si bien hay usos y costumbres de los pueblos indígenas, se deben analizar o cuestionar los elementos culturales para tomar una determinación, porque en ocasiones no todo lo que se hace es parte de la cultura de una comunidad.
Expuso que el artículo segundo constitucional señala que México es una nación con una composición pluricultural sustentada en sus pueblos indígenas; que la cultura es el conjunto de rasgos que identifican a un grupo humano y lo distinguen frente a otro, en un lugar y en un periodo determinado; que no se puede construir cultura sin comunidad y que la interculturalidad es el contacto o relación entre integrantes de diferentes grupos.
Desde el enfoque de derechos humanos, dijo, la interculturalidad lleva a reflexionar si son asimétricas las relaciones entre representantes de diversas culturas en el país, si reconocen la diversidad cultural o continúa la imposición que se dio desde la llegada de colonizadores, en donde el etnocentrismo dicta qué está bien, qué vale y qué no, a pesar de que detrás de cada objeto de los pueblos indígenas hay un cúmulo de conocimiento.
Comentó que la interculturalidad existía antes de la Colonización, pues los historiadores señalaron que en México había casi 400 pueblos con su respectiva lengua y entre ellos había acuerdos y compartían rasgos culturales porque tenían los mismos troncos culturales, prueba de ello es que las distintas culturas tenían los mismos dioses, pero con diferente nombre.