IMPULSO/Agencia SUN
California
Jesús Manuel Corona se convirtió en la segunda baja de la Selección Mexicana. “El Tecatito” no llegó a la concentración del Tricolor en esta ciudad estadounidense, por molestias en el tobillo.
La primera baja del equipo en la era de Gerardo Martino fue Jonathan Orozco, quien no hizo el viaje por lesión, y su lugar lo tomó Hugo González; en este caso no habrá reemplazo para el volante del Porto.
Corona habría decidido quedarse en Portugal para realizar la recuperación dentro del club y no hacer el largo viaje a la costa del Pacífico de los Estados Unidos, en vez de viajar por lo menos a platicar y conocer a Martino en persona.
Además de este par de bajas, Héctor Herrera, compañero del Tecatito en los Dragones, solicitó permiso para ausentarse de esta Fecha FIFA, para arreglar el tema de su pasaporte comunitario. Lainez regañado
Los últimos en llegar a San Diego fueron los jugadores del Betis, Andrés Guardado y Diego Lainez. Guardado arribó muy serio, casi enojado, Lainez muy sonriente e ilusionado. El veterano dijo de inmediato que no a charlar con la prensa; el novato prometió conversar “sólo dejen voy por mi maleta”.
Y cumplió: “Estoy muy contento de venir”, dijo el ex volante de las Águilas del América.
“He aprendido mucho [en España], haciendo las cosas nuevas y…, simplemente voy mejorando, paso a paso. Vengo con la misma ilusión de siempre como lo hago desde que estoy en las categorías menores”, agregó Diego a quien le ha costado ganarse la confianza de Quique Setién, timonel de los verdiblancos. “No he jugado en los últimos partidos, pero tengo paciencia…”
Lainez estaba contento, muy accesible, muy amable, y cuando se disponía a seguir platicando, la voz del capitán de la Selección retumbó: “Muy vivos todos, ¡eh! Se agarran al más chavo, al que no sabe…”
El veterano agarró del brazo a Lainez y le comentó: “¡No puedes hablar todavía!” y el inocente futbolista de 18 años sonrió nervioso y respondió “¿No?” y fue jalado por el brazo para alejarlo de la prensa, llevándolo a la camioneta que ya los esperaba para dirigirlos a la concentración en Chula Vista.