Octubre 7, 2024
Clima
11°c Máxima
11°c Mínima

Praxis política


IMPULSO/ Francisco Javier Estrada

Benditos Rolling Stones

Bendito sea el rock and roll, bendito para todos los que hemos vivido en su nacimiento, su crecimiento y consolidación. Bendita época aquella de la década de los sesenta cuando apareció la Ola británica con grupos de rock and roll que resultan sólo creíbles porque todavía los podemos ver, escuchar y vivir.

 

Como lo fue el hecho de quienes asistieron al Foro Sol de la ciudad de México a mitad de marzo de este año a escuchar a la ¡Banda más grande del mundo!, como se le llama a The Rolling Stones.

Hace una década más o menos que yo los vi en ese Foro emblemático de los grandes espectáculos en el país: más de 60 mil asistentes bailando y coreando al gran Mick Jagger, que yendo de un lado a otro del escenario enloquece literalmente a todos los que estábamos presentes.

Me dio enojo el pensar que debí asistir en esta ocasión, pues no es fácil que vuelvan a la capital del país a dar otros conciertos de este tipo.

Pero, en esta columna que escribo, el motivo principal del pensar que bendito es el rock and roll y sus cantantes y músicos, sus productores y directores artísticos: pienso ahora en el genio que acompañó a The Beatles en sus momentos de mayos creación: George Martín, el hombre que llevó la orquesta sinfónica a la música Beatles y que puso violines en la composición emblemática de Paul McCartney en su momento.

Pienso que es grande el rock y sus profetas y genios como Billy Haley, Jerry Lee Lewis, Budy Holly, Elvis Presley, John Lennon, Janis Joplin, Jimmy Morrison, Jimmy Hendrix y decenas de nombres, que hacen una cultura superviva en el siglo XXI. De los que han fallecido y, de los que por suerte aún viven: Paul McCartney, Erick Burton, Rod Steward, o grupos como Guns and Roses, U2, Metálica, Kiss, y cierto, The Rolling Stones.

Cuando se escribe del rock and roll, todas las ideas, canciones, grupos y cantantes aparecen de golpe, en cascada para bien y felicidad de quienes hemos gozado todo ello. Y al escribir esta columna me viene de revisar lo que ha sucedido en la Habana, Cuba, donde por primera vez se han presentado los inconmensurables Rolling Stones, las famosas piedras rodantes, que han rodado bastante por este mundo.

Legendarios, inmortales en vida, uno se pregunta cómo es que han sobrevivido tantos años juntos. The Beatles por celos, envidias, genialidades y, por no sabemos qué otras cosas; dejaron a finales de los sesenta del siglo pasado su organización, que fuera en su momento la más exitosa de todos los grupos que se conocían. Pero los Rolling Stones, no. Se han mantenido con una solidaridad que resulta ejemplar en todos los sentidos.

Y hoy tienen su resultado. Donde política y música se juntan para bien. Pues esta agrupación ha logrado penetrar lo que era imbatible en el siglo XX. Que las dictaduras dejaran pasar la música de los más revolucionarios músicos del pasado siglo.

Ahora que leo las reseñas y veo en televisión las opiniones de quienes asistieron a la presentación en la Habana, de esta banda mítica, puedo comprender, con cariño y amor, por quienes no habían visto jamás a esta Banda ya inmortal.

Resulta para los mexicanos de este tiempo inconcebible que The Rolling Stones y otras agrupaciones del rock and roll, no se pudieran presentarse en lugares emblemáticos como lo es el país de Cuba. Pero es necesario recordar que en la época de Gustavo Díaz Ordaz en México, no se permitía presentaciones de grandes artistas del rock, <<por ser pecaminosos>>; o en China, donde se prohibía la música clásica de Mozart o Beethoven por ser música burguesa. No es raro que Fidel Castro acusara a estos grupos de ser “pepillos vagos feminoides” en los sesenta.

Un éxito de la humanidad el que se abriera este foro por los hermanos Castro, Fidel y Raúl, en estos tiempos de deshielo entre Estados Unidos y Cuba. La visita de Barack Obama no es un hecho menor.

Lo sucedido en Cuba es un suceso de mucha trascendencia, no sólo para ese país, sino para el mundo democrático que sabe que a través de la cultura es como se pueden abrir muchas rejas y muros, que pareciendo infranqueables resultan sólo castillos cimentados en arena. En las armas que tarde o temprano caen ante la persistencia de los hombres.

Etiquetas:

Dejar un Comentario