IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Cuando la tecnológica Apple presentó los AirPods en 2016, el diseñador jefe Jony Ive elogió el comienzo de un nuevo “futuro inalámbrico”. Los dispositivos de la compañía se conectarían y cargarían sin sus clásicos y antiestéticos enchufes blancos.
El siguiente paso fue la carga inalámbrica para el iPhone, la capacidad de colocar el producto estrella de Apple en una plataforma y cargarlo a través de un proceso conocido como inducción.
De acuerdo con el portal Bloomberg, la producción de este accesorio está tardando más de lo esperado debido a una serie de obstáculos técnicos que han demorado la estrategia inalámbrica de la compañía y que ponen de manifiesto los problemas en la cadena de suministro que han obstaculizado el lanzamiento de productos en los últimos años.
Apple dijo en septiembre que el iPhone X y iPhone 8 podrían cargarse de forma inalámbrica. Recomendó centros de carga de Mophie y Belkin, un movimiento inusual para el especialista en hardware de consumo. Apple también anunció su propio cargador AirPower, pero dijo que no se lanzará hasta 2018.
Desde entonces, Apple no se ha referido públicamente al AirPower. Los ingenieros de la compañía han estado trabajando arduamente para resolver los problemas. Uno de los desafíos es asegurarse de que el cargador no se sobrecaliente. Otro es la complejidad de los circuitos, de acuerdo con personas familiarizadas con el desarrollo del dispositivo.
A diferencia de los cargadores inalámbricos en el mercado hoy en día, el AirPower está diseñado para cargar tres dispositivos simultáneamente: un iPhone, un Apple Watch y AirPods con un estuche de carga inalámbrico aún por lanzar.