IMPULSO/Alan Bersin y Nate Bruggeman
Artículo
El equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador propuso crear una policía fronteriza, la cual podría operar en ambas fronteras de México y se enfocaría en frenar el flujo de armas, drogas y migrantes indocumentados. Esta idea ha encontrado resistencia predecible en México, ya que algunos consideran que promueve intereses estadounidenses. Una segunda crítica la considera una amenaza a los derechos humanos. Desafortunadamente, parece que la nueva administración se está retractando sobre esta iniciativa, lo cual es un error. AMLO debe aprovechar el momento e implementar esta policía como parte de una estrategia integral para mejorar la seguridad en México.
Históricamente, la seguridad fronteriza ha sido vista como una preocupación estadounidense y no mexicana, esta visión está desactualizada. Mejorar la seguridad en la frontera es esencial para romper el ciclo de criminalidad y violencia y, de manera significativa, para restaurar la seguridad pública.
La naturaleza del problema ha cambiado en los últimos años: la violencia ya no es resultado de una lucha de poder entre pocas organizaciones grandes por las rutas de contrabando hacia Estados Unidos, ahora es una guerra descontrolada entre pandillas para controlar la distribución de drogas y otros delitos, sumado al control de las plazas de trasiego hacia EU. Por esta razón, la violencia y su potencial respuesta han llegado a verse en México como un problema únicamente interno.
Las armas y el dinero que fluyen al sur de EU y las armas que llegan desde América Central alimentan la violencia y son un elemento central de apoyo para las pandillas; además, el tráfico de ciudadanos centroamericanos hacia EU otorga otra lucrativa línea de negocio. Por lo tanto, para lograr restablecer la seguridad, México debe enfocarse en los factores principalmente fronterizos que dan origen a la violencia y a la criminalidad que está enfrentando.
Adicionalmente México necesita atender la migración irregular. A menos de que ocurra un cambio drástico, es poco probable que mejore la situación económica y de seguridad en Centroamérica, así que un gran número de personas de Guatemala, Honduras y El Salvador continuarán huyendo de la pobreza y de la violencia. Mientras EU continúe invirtiendo en seguridad fronteriza y México siga creciendo en términos económicos, los migrantes verán a México, cada vez más, como su destino y no solo como zona de tránsito hacia EU. Por lo tanto, México necesita establecer estructuras sólidas para enfrentar este desafío y una sería contar con una institución fronteriza encargada de aplicar la ley.
A pesar del papel central que juega la seguridad fronteriza en la agenda de seguridad, México todavía debe decidir si protegerá sus fronteras y cómo lo hará. En México no existe una institución que tenga autoridad clara para aplicar la ley en estos términos, ni que tenga la misión de asegurar fronteras.
Peña Nieto dio un paso con su propuesta de Gendarmería, la cual pudo haber asumido funciones de seguridad fronteriza, pero no lo hizo. Dicha administración realizó importantes acciones en este tema. En el año 2014 el gobierno respondió de manera notable ante el flujo de centroamericanos cruzando la frontera, al implementar la “Estrategia Frontera Sur”, bajo la cual deportó a más de 500 mil personas. En efecto, México implementó una política fronteriza, pero sin enfrentar el problema como un tema político.
La protección de los derechos humanos es fundamental, pero la creación de esta policía no implica abusos. Con entrenamiento, procedimientos, medidas anticorrupción y supervisión, una policía fronteriza independiente puede ser una organización profesional que respete dichas garantías y aplique la ley. En lugar de asumir que va a fallar en esta protección, AMLO debe verlo como una oportunidad para crear, desde cero, un modelo para las instituciones encargadas de aplicar la ley.
La elección de AMLO muestra que México está abierto a explorar nuevos enfoques para hacer frente a la violencia; esto permite adoptar medidas que otros políticos no contemplaron. Invertir en una policía fronteriza podría ser una suma inteligente a la estrategia de seguridad, ya que AMLO no podrá controlar la violencia sin abordar la seguridad fronteriza.