IMPULSO/La Maga
Columna
Práctica mágica y oculta, la Alquimia sobrevive a los siglos transformándose como los metales de los que pretendía extraer la riqueza. Cierto. En pleno S XXI la permanencia de esta protociencia es posible gracias al lenguaje porque los primeros tratados fueron escritos de manera encriptada para dar paso a su difusión entre los iniciados únicamente.
Siempre ha estado presente en muchos ámbitos de la vida cotidiana, en la investigación química y física, en la medicina, en el hogar. ¿Acaso sabía que el útil Baño María se atribuye a la alquimista egipcia María de Alejandría (S.III)? Los medicamentos, los cosméticos, delicias culinarias se han preparado durante generaciones con los métodos que heredamos de los alquimistas.
También la poesía, como práctica mística tiene su participación fundamental en el mundo alquímico, las palabras se seleccionan, funden, decantan y subliman para lograr el brillo de los metales preciosos, oro y plata con la esencia de la inmortalidad.
En Toluca, nicho de poetas por excelencia, la historia nos permite recordar una nutrida lista de poetas cuyos nombres se enmarcan en plazas, jardines, escuelas y dan fe de ello las Flores Naturales, Mirras, Ánforas, Nigromantes, Mirlos, de los que se compone el Parnaso Toluqueño.
Y ahora, en Capilla Exenta, un emblemático sitio enclavado en la entraña de la ciudad, el Grupo Escritores Mexiquenses (GruEM) se aventuró en un iniciático proyecto denominado Laboratorio de Poesía, una exploración de la veta poética de escritores ya ejecutantes de otros géneros literarios, exploran el terreno de la potencialidad del poema, el arte de la transmutación del lenguaje y el cambio. Estarán sesionando cada quince soles, en el día lunar.
