IMPULSO/ Miguel A. García
Toluca
En México ocho de cada 10 trabajadores no goza de pensión y quienes la tienen reciben un monto que no alcanza para nada, insuficiente para tener una vida decorosa y una vejez digna, por lo que en el marco de las reformas que analiza la nueva administración federal y Congreso, urge analizar una adecuación del tipo, derivado de que la tendencia actual generará el colapso de nuestro sistema de pensiones.
Sergio Robles Linares, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la Universidad Autónoma del Estado de México, explicó que antes de las reformas de 1997 la tasa de remplazo, es decir, el ingreso mensual que tiene una persona cuando deja de trabajar, rondaba 80 por ciento.
Con ello si una persona ganaba 10 pesos mensuales su pensión oscilaría los ocho pesos al mes; sin embargo a partir de ese año la tasa de remplazo se ubicó entre 25 y 30 por ciento, por lo que si el último salario mensual de una persona era de 10 pesos, su pensión quedará entre 2.5 y tres pesos al mes.
Advierte que para que los mexicanos gocen de pensiones dignas es urgente revertir estas reformas mediante las cuales se modificó el sistema de cuotas, de uno colectivo a uno individual, lo cual contribuyó a disminuir la tasa de remplazo, afectando directamente el monto a recibir de los pensionados.
Este fenómeno, señaló, es catastrófico porque deja a los adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad económica.
“Es muy difícil sobrevivir con una pensión como la que recibimos los mexicanos y eso genera problemas a la sociedad, principalmente a la familia que va a tener que cargar con este peso económico”.
Consideró necesario que las autoridades observen el tema de las pensiones desde una perspectiva laboral y de derechos de las personas, en particular de los adultos mayores, y no desde el ámbito de las finanzas públicas.
Afirmó que esta situación puede ser reversible a partir de dos opciones: la primera sería regresar al sistema colectivo de cuotas, aunque el gobierno refiere que las finanzas no soportarían el pago de este tipo de pensiones; la segunda es generar un sistema de cuotas mixto, como ocurre en países como Chile.
Este sistema, puntualizó Robles Linares, consiste en que haya diferentes aportaciones, es decir, no se carga todo el monto a las finanzas públicas y, por lo tanto, es posible garantizar que el sistema de cuotas pueda ser mayor.