- El epidemiólogo de la UAEM Miguel Ángel Karam Calderón advirtió sobre el lucro que los particulares pueden hacer de esto sin ofrecer servicios adecuados.
Para dar garantías a la población y evitar sobre registros en el número de casos positivos por contagio del virus del SARS-CoV-2, es fundamental que exista una estricta vigilancia epidemiológica de laboratorios, farmacias y consultorios privados que ofrecen la aplicación de pruebas rápidas Covid-19, consideró el epidemiólogo Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Miguel Ángel Karam Calderón.
El catedrático señaló que la Secretaría de Salud por medio de sus áreas de regulación sanitaria, debe mantener una vigilancia permanente de las instancias públicas y privadas que expiden las pruebas Covid-19, porque siempre hay quien puede lucrar y no ofrecer el servicio adecuado. Inclusive, puede haber quien opere de forma clandestina, lo cual sería inadmisible y la población también tendría que verificar que acude a un lugar autorizado.
En las farmacias o consultorios particulares las pruebas rápidas de antígenos para detección de Covid-19 oscilan entre 300 y 350 pesos; mientras que la prueba de anticuerpos va desde 400 a 500 pesos, cuya demanda en las últimas dos semanas creció significativamente.
El epidemiólogo de la UAEM señaló la necesidad de tener registros certeros sobre el número de contagios de Covid-19
Karam Calderón indicó debe existir un estricto control desde el momento en que se le otorga la autorización al laboratorio privado, farmacia o consultorio de cuál será el tipo de prueba que oferta, para mantener la calidad y confiabilidad. También, subrayó que no se debe perder de vista “la obligación legal de reportar los casos positivos”.
El epidemiólogo resaltó la importancia de tener registros lo más certeros posibles, aunque, por múltiples factores, es difícil contabilizar los casos en su totalidad, pero se debe hacer lo necesario por acercarse más a la realidad, para dimensionar el problema, atenderlo y prevenirlo.
“Debemos evitar caer en subregistros”, enfatizó el catedrático, al señalar que fue lo que más se criticó en el primer año de la pandemia, cuando se decía que había una manipulación de cifras, pero eran las que cada entidad federativa enviaba.
Recordó que la forma en que funciona el Sistema Nacional de Salud es a través de los reportes que dan los municipios a los estados y éstos a su vez a la federación, posteriormente, una vez integrada la información se envía a los organismos internacionales, en el caso de México a la Organización Panamericana de la Salud.
Por tanto, cada estado debe diseñar cómo va a operar su sistema de control de vigilancia epidemiológica, para tener los reportes lo más precisos posibles.
Foto: Pepe González.