IMPULSO/ Miguel Á. García
Lerma
En lo que va de la temporada de estiaje, en el estado de México se tiene el reporte de 130 incendios con afectaciones mínimas a la masa forestal, concentrándose la afectación en pastizales y suelo agrícola. Ixtapaluca, Ocuilan y Valle de Bravo son los municipios que registran más hechos con daños máximos de hasta ocho hectáreas.
De acuerdo con Romualdo Camacho, enlace de incendios forestales de la Comisión Nacional Forestal, esta cifra representa hasta 50 por ciento menos que lo registrado el año pasado, debido a factores como la humedad en los campos por la caída de lluvias atípicas al inicio del año.
“Año con año estamos capacitando a comisariados, a ejidatarios y comuneros con un curso básico de incendios, porque para nosotros es importante que todo aquel que entra a un incendio, vaya con la capacitación básica: comportamiento de fuego, temperatura, combustible y topografía”.
Reprochó que las quemas que buscan el cambio de uso de suelo y que se salen de control, son las que han generado la mayoría de los incendios.
“El 99 por ciento de los incendios son provocados por el hombre, como todos lo saben, y cuáles son estas actividades: pues las labores de campo, lo que es la tumba y quema de rosa, que es como le llaman para la propagación de terrenos, ese es el mayor problema que tenemos.
El funcionario hizo un llamado a los municipios para que consoliden sus brigadas locales de combate al fuego, con personal capacitado, además de pedir a ejidatarios que tomen las previsiones necesarias en caso de realizar una quema al advertir los fuertes vientos que continuarán a lo largo de toda la temporada.
“Que se acerquen a nosotros, para nosotros instruirlos y capacitarlos y decirles cómo van hacer sus quemas; hay unos horarios en la norma 015 en qué horarios puede quemar y en cuáles no, el viento es el más peligroso y cambiante”, advirtió.
Recordó que los horarios recomendados para realizar los ejercicios de quema son, de las siete a las 10 de la mañana y después de las seis de la tarde, además de que, por rango de responsabilidad, son los dueños y poseedores de los terrenos quienes deben actuar ante la presencia de fuego.
