IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
“La Historia es la historia” de Luis Alonso Sordo Noriega, su interés por la musa Clío lo llevó a mantener por alrededor de dos décadas un museo privado en la Colonia Roma, cuya atracción principal es un segmento catalogado del Muro de Berlín que este abogado y ex directivo educativo se trajo de la todavía Alemania Oriental en 1990 y que será subastado el 27 de mayo en Ciudad de México junto con un gran número de piezas recuperadas del desmoronamiento de la Unión Soviética (URSS).
El Museo de Historia y Arte Moderno, una casona en la calle de Tepic, cerró hace 10 años, luego de la extinción también del Centro de Estudios en Comunicación Social (CECS) que lo auspiciaba y que dirigió Sordo Noriega.
Su colección de un centenar de piezas, distribuida en seis salas con fuerte olor a tiempo caduco, es un altar del ‘kitsch’ o del suvenir donde conviven bustos y esculturas de Lenin o Stalin, banderas y estandartes soviéticos, un casco del cosmonauta Alexander Viktorenko o el transmisor de un buque, con vestidos de Marta Sahagún, una escultura de Manuel Felguérez, micrófonos clásicos de la XEX que fundó el padre de Sordo en 1947 o cirios que iluminaron la última función de Mario Moreno Cantinflas en la funeraria o la estatua en cera del cómico en tamaño natural.
El otrora museo se está desmantelando poco a poco, se van a una primera subasta con López Morton 32 piezas, entre ellas, el pedazo del Muro con un precio de salida de 600 mil pesos. También una colección de matriuskas con las caras de líderes soviéticos, un gran busto de Lenin de 700 kilos, óleos de tamaño natural de los presidentes Emilio Portes Gil y Miguel Alemán Valdés, pintados por Enrique Iniesta.