IMPULSO/Sang-Il Kim
(Embajador de la República de Corea en México)
Artículo
Desde mi llegada a México he tenido la oportunidad de disfrutar de sus bellezas como el Cañón del Sumidero, Cancún, Chichen Itza, las Barrancas del Cobre, la Guelaguetza, Teotihuacán, Monte Albán, y me he quedado más que impresionado con la gran riqueza histórica, cultural, gastronómica y económica de México. Aún así, he de confesar que lo que más me gusta de México es la calidez y la hospitalidad de los mexicanos.
Recientemente estuve presente en la Península de Yucatán, que no es sólo una de las regiones que mejor representa las bellezas de México, con sus playas paradisíacas que convergen con el acervo ancestral de la cultura maya, sino que es también la cuna del primer encuentro entre nuestros países.
En el año de 1905 llegaron más de 1,000 coreanos a la Península de Yucatán para trabajar en las haciendas henequeneras, dando inicio a una larga y cálida amistad. Ya pasados 114 años, México no ha dejado de sorprendernos, y trascendió que recientemente el Gobierno de Yucatán, así como los Ayuntamientos de Mérida y Campeche, han promulgado el 4 de Mayo como el “Día de Corea” en homenaje a esta llegada de los primeros coreanos a este país, reafirmando así la gran amistad y hermandad que unen a Corea y México.
En Corea existe el dicho “compartir un grano de frijol”, que se refiere a saber compartir sin importar que el donativo sea diminuto. Con esta idea en mente, las empresas coreanas en México tienen el fuerte compromiso de promover el bienestar en la sociedad mexicana.
Precisamente hace un par de semanas, Samsung Electronics de México llevó a cabo donativos para las organizaciones de la sociedad civil de Mérida y Campeche. Adicionalmente, la empresa hizo donativos por más de 1 millón de dólares en 2017 en beneficio de los damnificados por los temblores de septiembre de este año.
Como otro ejemplo, KIA Motors de México participa en programas de cooperación industrial y académica para el desarrollo de talento regional. Entre estos programas destacan el Semestre en KIA Motors, en colaboración con el Tecnológico de Monterrey, al igual que la biblioteca móvil para adolescentes, que actualmente se encuentra recorriendo varios municipios del Estado de Nuevo León.
Por su parte, la acerera coreana POSCO inauguró el pasado 13 de agosto en Tampico, Tamaulipas, el arranque de obras del “Centro de Esperanza POSCO Amigos”, que será donado al Gobierno del Estado de Tamaulipas para brindar capacitación profesional a través de la impartición de talleres técnicos en diversas ramas económicas.
Además, LG Electronics de México lleva a cabo iniciativas para el apoyo de niños con cáncer y en favor del medio ambiente, así como donativos para grupos vulnerables en México.
La central generadora de energía eléctrica Norte II en Chihuahua, que es operada por el consorcio KST, lleva a cabo esfuerzos de impacto social en favor de las comunidades indígenas de la región, en donde destacan la construcción de una escuela y la puesta en marcha de programas educativos en la Sierra Tarahumara.
Estos son algunos ejemplos de actividades de responsabilidad social corporativa de las más de 500 empresas coreanas en México, que tienen un verdadero interés en ser recíprocas ante las aportaciones recibidas por parte de la sociedad mexicana. Estoy convencido de que estos esfuerzos son un catalizador fundamental para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre Corea y México.
Por otra parte, el pasado 6 de julio, durante la 14 Cumbre de la Alianza del Pacífico celebrada en Lima, Perú, se anunció que este año se negociarán los términos de referencia que han de guiar las negociaciones para el ingreso de Corea como Estado Asociado de este importante mecanismo de integración regional, y en particular las negociaciones para un acuerdo comercial entre Corea y México.
Queda en claro que hoy nuestra histórica relación de cooperación económica, social y cultural se encuentra más vigente que nunca, por lo cual es necesario dar un paso más para consolidar la estratégica cooperación que existe entre nuestros países.
Pese a la distancia física que separa a Corea y a México, hemos vivido múltiples y profundas historias, ambos gozamos de la comida picante y tenemos una fuerte prioridad en la familia y la amistad. Además en los últimos 100 años hemos conseguido grandes logros que han conducido al fortalecimiento y la profundización de nuestras ya excelentes relaciones bilaterales. Tengo la seguridad de que en los próximos 100 años hemos de alcanzar aún más logros para que la gran amistad y fraternidad que unen a Corea y México dure para siempre.