IMPULSO/ Edición Web
Cartagena, Colombia
Un día después de recordar en Medellín las vidas perdidas de muchos jóvenes colombianos por culpa del narcotráfico, el Papa Francisco lanzó una fuerte condena contra ese flagelo.
“Condeno con firmeza esta lacra que ha puesto fin a tantas vidas y que es mantenida y sostenida por hombres sin escrúpulos”, dijo en la homilía de su última misa en Colombia.
“Hago un llamado para que se busquen los modos para terminar con el narcotráfico que lo único que hace es sembrar muerte por doquier truncando tantas esperanzas y destruyendo tantas familias”, añadió.
El Papa también denunció la explotación laboral que se da mediante la prostitución y la trata de personas, uno de los temas en los que centró su atención en su último día en Colombia.
“Pienso en el blanqueo ilícito de dinero, así como en la especulación financiera que a menudo asume rasgos perjudiciales y demoledores para sistemas económicos y sociales, exponiendo a la pobreza a millones”, dijo.
Francisco cierra el domingo una visita pastoral de cinco días a Colombia.
En medio de música con ritmo de salsa, el Papa Francisco llegó a un campo portuario de Cartagena para oficiar su última misa multitudinaria de su viaje a Colombia.
Poco antes, el papa montó un helicóptero en una base naval vecina que lo transportó a un punto donde abordó el papamóvil y se dirigió a Contecar, la zona para el servicio religioso que enfocará en la dignidad de las personas y los derechos humanos.
Con el pómulo aún morado por el golpe que se dio al subir el papamóvil más temprano, Francisco pidió a un grupo en la base naval a que lo acompañara en la oración durante la misa.
