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El Vaticano
En la Plaza de San Pedro, Francisco expresó su “gran dolor” por los muertos y heridos, se mostró cercano con la oración y el afecto a todos los que sufren e insistió en que el uso de la violencia nunca puede llevar a la paz.
El Papa Francisco manifestó este miércoles su preocupación por los episodios de violencia que han ensangrentado a Medio Oriente en las últimas horas, por la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como la capital del Estado de Israel, y advirtió que “guerra llama guerra”.
“Estoy muy preocupado y adolorido por el agudizarse de las tensiones en la Tierra Santa y en el Medio Oriente, y por la espiral de violencia que aleja cada vez más del camino de la paz, del diálogo y de las negociaciones”, afirmó el Papa, al final de su audiencia pública de los miércoles.
“Guerra llama guerra, violencia llama violencia. Invito a todas las partes en causa y a la comunidad internacional a renovar el compromiso para que prevalezcan el diálogo, la justicia y la paz. Invoquemos a María, reina de la paz”, añadió.
Tensión en Medio Oriente: con Trump a punto de convertir a EEUU en el único país en reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel, el Papa Francisco hizo un “pedido desesperado” para que se respete el statu quo de la ciudad http://ir.tn.com.ar/2BPZMnd
Entonces, el líder católico invitó a los fieles presentes a rezar un Ave María en voz alta y, al final, exclamó: “¡Que Dios tenga piedad de nosotros!”.
Al menos unos 61 palestinos fallecieron y otros dos mil resultaron heridos producto de los disparos del ejército israelí durante los choques que se verificaron en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, donde unos 40 mil palestinos se congregaron para protestas contra la apertura de la embajada estadunidense.
Luego, al momento de los saludos en diversos idiomas, Jorge Mario Bergoglio saludó a un grupo de excombatientes polacos de la Segunda Guerra Mundial que viajaron a Roma para conmemorar la batalla de Monte Casino.
“Qué tristeza recordar las guerras, en el siglo pasado hubo dos grandes, y ahora… no aprendemos nunca: ¡que Dios nos ayude!”, les dijo.
Deseó que la tragedia de la guerra que ellos vivieron, la fuerza de espíritu, la fidelidad a los ideales y el testimonio de vida se conviertan en un llamado para el cese de los conflictos en curso en el mundo y para la búsqueda de vías de paz. MVS