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Palabras de Antígona

Los medios de comunicación y las mujeres (II)
Sara Lovera/SemMéxico

Iniciativas como la del Programa de Naciones Unida para el Desarrollo para generar campañas desde las oficinas gubernamentales con perspectiva de género ni se conocen en las oficinas de comunicación social. Y los acuerdos, chuecos o derechos, de Gobernación en este sexenio con la Cámara de la Radio y la Televisión, bien gracias, duermen el sueño de los justos. Ni hablar de un rechazo ciego y tonto al compromiso firmado por Televisión Azteca con ONU Mujeres, bueno, hasta la iniciativa fue hostigada y despreciada por las autoridades que podrían haberla exigido.

La experiencia se echa a la basura, conozco solamente un trabajo serio sobre la operación de los medios y el periodismo de género, se hizo en Oaxaca por la periodista Soledad Jarquín, quien se metió a revisar los periódicos de esa entidad en serio durante un periodo de más de 50 años. Encontró cosas sorprendentes, rastreó el cómo fueron reflejadas las mujeres y cómo algunos medios de hace cinco décadas años tenían espacios, se diría hoy, de género, lo que evitaría afirmaciones superficiales. No hay ningún otro estudio semejante.

Todo esto viene a cuenta porque, en unas semanas, en Nueva York, durante el 62 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW62), órgano de promoción de la igualdad en la ONU, se examinará por primera vez a fondo, desde 1995, compromisos cumplidos de gobiernos, sociedad civil, sector empresarial y trabajadoras y trabajadores de los medios sobre lo que se llamó primero Capítulo J y más tarde Anexo 100 referido a la representación femenina en los medios.

En el año 2000, un nutrido grupo de latinoamericanas lanzamos una campaña llamada Nosotras Cumplimos y ¿Ustedes Qué? reclamando a los gobiernos la poca importancia de hacer política y acciones para cambiar el cómo y de qué forma los medios tratan la imagen de las mujeres, a pesar de que ya entonces éramos casi el 50 por ciento de las trabajadoras y algunas, en América Latina, directoras o jefas en muchos medios.

La participación de la mujer en los medios de difusión y las tecnologías de la información y las comunicaciones y el acceso de las mujeres a ellos, así como sus repercusiones en el adelanto y la potenciación del papel de la mujer y su utilización con esos fines, forma parte de las discusiones, tendrá que tener informes oficiales y seguramente alternativos. ¿Que presentará México?

Me temo que no, no podrá informar en serio, informará sobre lo que no reflejará lo que realmente está pasando, porque les ha pasado por encima lo que conté antes. Nadie examinó nunca el impacto de las 63 publicaciones, nadie analizó sus contenidos, ni sabe a dónde llegaron, se han dedicado a escribir manuales de lenguaje no sexista -no estoy segura de qué quieren decir; a publicar desde la atalaya críticas, sin conocer los más de mil medios impresos que circulan en pueblos y comunidades, ni saber qué realmente hacen las y los señores con micrófono en todo el país -que aún se escuchan y ven, no solo de redes sociales viven las mujeres- y para qué decir del lenguaje, imágenes e ideas tremendas que circulan en las redes sociales.

Naturalmente, hay quienes viven del cuento y hablan de los medios sin haber pisado jamás uno de sus centros de trabajo, solamente han estado allí de paso, sin ejercer el periodismo o la comunicación. El feminismo habla de rescatar la experiencia de las mujeres, sería muy bueno que eso se hiciera en lugar de moverse con prejuicios e ignorancia sobre el papel transformador de los medios, a los que simplemente se los crítica y no se los modifica por dentro, como diría mi amiga Juana Gallego. En fin, veremos. [email protected]