IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad De México
En las últimas Copas del Mundo, los aficionados mexicanos se han caracterizado por vivir calamidades, algunas chuscas, otras trágicas. Los seguidores del Tri nunca suelen pasar desapercibidos en la máxima justa del futbol.
Un fan nacional, de nombre Rafael Ortega, que acudió a Francia 98 paseaba por los Campos Elíseos y orinó sobre el Fuego Eterno de los mártires franceses, en el Arco del Triunfo. Su acto derivó en que se apagara la llama que llevaba prendida desde 1921.
El gobierno mexicano tuvo que interceder para que no se quedara más de unos días en la cárcel y ofrecer disculpas públicas. Cuatro años más tarde, un seguidor de la Selección Nacional apretó el botón de emergencia del Tren Bala en Japón, un hecho inédito, ya que fue la primera vez que se accionó.
En Brasil 2014, Jorge López Amores se arrojó de un barco, en presunto estado de ebriedad, lo que le costó la vida. Antes de aventarse, el joven había difundido fotografías y videos en sus redes sociales para presumir su aventura mundialista.
Para Rusia 2018, se prevé una nutrida asistencia de connacionales para apoyar a México. Sin embargo, la entrada al país sólo se permitirá con la Fan ID, que Mundomex ayudará a tramitar. Las autoridades rusas se pondrán estrictas en el tema de la disciplina de los visitantes. En caso de que un aficionado mexicano cometa algún ilícito puede acabar deportado o encarcelado por varios años.