Diciembre 26, 2024
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Opinión

IMPULSO/ Eduardo Backhoff Escudero
El futuro del control de confianza en México

En términos llanos, la confianza se refiere a la cualidad de una persona de comportarse adecuadamente bajo ciertas circunstancias. Se dice que una persona es de confiar cuando se puede anticipar con bastante precisión su manera ética de proceder. La confianza es el basamento para estrechar relaciones entre dos personas, grupo de personas o instituciones. Sin embargo, es difícil anticipar si un individuo es de confiar o no, sobre todo cuando pueden existir grandes intereses de por medio que mermen la conducta ética de la persona.
Por ello, en ciertas instituciones gubernamentales y privadas se realizan “pruebas de control de confianza”, que miden el grado de probidad de los individuos antes de su contratación, lo que contribuye a disminuir posibles robos, fraudes y otras actividades ilícitas.
Por ejemplo, los gobiernos buscan impedir la infiltración del crimen organizado en las fuerzas policiales.
En una gran cantidad de países es obligatorio realizar controles de confianza en las instituciones policiacas; como son los casos de México, Estados Unidos y la mayoría de los países del continente americano. En nuestro país, el Centro Nacional de Certificación y Acreditación (CNCA), órgano administrativo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, es el responsable de certificar los procesos de evaluación de los centros de control de confianza (CCC) de la federación y de las entidades federativas. Por el momento, los exámenes que la CNCA aprueba para el control de confianza, son: el médico-toxicológico, el psicológico, el socioeconómico y el poligráfico.
Salvo la primera evaluación (médico-toxicológico), cuyos indicadores son objetivos, los tres restantes no son del todo confiables. Es de mi interés señalar, por esta ocasión, el caso del polígrafo, que se le conoce como “detector de mentiras”. Pese a su credibilidad popular y de algunas instituciones gubernamentales y privadas, las evidencias científicas del polígrafo indican que éste no es un instrumento del todo válido y confiable para detectar mentiras (Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y la Asociación Estadounidense de Psicología).
Recientemente, han surgido nuevas tecnologías para mejorar la calidad de la evaluación de confianza o credibilidad de las personas. La más novedosa y prometedora se le conoce como detección oculo-motora (EyeDetect), que se basa en detectar el engaño con base en el aumento de la carga cognitiva de las personas al momento de mentir. El EyeDetect mide la carga cognitiva con las siguientes respuestas involuntarias: dilatación pupilar, tasa de parpadeo, fijación ocular e inconsistencias en las respuestas.
Aunque esta tecnología es bastante novedosa, cuenta con evidencias sólidas que la posicionan como una alternativa al polígrafo. Diversas instituciones internacionales utilizan esta nueva tecnología en sus procesos de control de confianza.
El uso de la tecnología EyeDetect podría mejorar el control de confianza en México y, con ello, apoyar la iniciativa anticorrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador.