Traiciones en la elección
IMPULSO/ Marco A. Rodríguez Blásquez
Una vez concluida la pasada elección en el Estado de México, y después de recibir su constancia de mayoría, Alfredo del Mazo tendrá ya como gobernador constitucional que dar respuesta a todas aquellas propuestas que enarboló durante su campaña, para lo cual deberá diseñar con el apoyo del Congreso de Mayoría Priista, sus propias políticas estatales, económicas y sociales.
La pregunta obligada es ¿su gobierno se irá con la inercia característica o se arriesgará aún en contra de los grupos de poder económico y políticos a dar un verdadero cambio? Tiene la oportunidad a lo largo de su primer año de gobierno a partir de que tome posesión, de impulsar con el apoyo del Congreso Local y de la Federación reformas que beneficien a los mexiquenses, con quien es su verdadero compromiso, principalmente aquellas que tengan que ver con la impunidad y la corrupción. De adoptar Del Mazo este camino, además de posicionarse como un Gobernador del cambio, abonaría con creces a restaurar la mala imagen del PRI con lo que el futuro candidato de ese partido a la Presidencia de la República se vería beneficiado.
Impulsar políticas públicas de alto impacto que trasciendan en la percepción de los ciudadanos no es tarea fácil, más aún cuando hay un déficit en la erradicación de la pobreza, la creación de empleos y principalmente la inseguridad. Sin embargo las condiciones le favorecen al próximo gobernador para que alcance el éxito, pero antes deberá construir un escenario en donde pueda gobernar con un amplio margen de maniobra. Para lograr esto ¿Qué obstáculos se tendrán que abordar y vencer inmediatamente? Dar respuesta a esta interrogante requiere de entrar en un análisis desde el inicio de la campaña hasta los resultados electorales. Veamos:
1.-Fue una campaña atípica en donde hubo una sobre exposición de estructuras (muchos Generales y Jefes) y en donde el Coordinador General y el Jefe de la Oficina del Candidato tuvieron que nadar contra corriente, pero finalmente se obtuvo el triunfo. Fue una jornada limpia ausente de los disturbios que se esperaban el día de la votación, esto en gran parte por la estrategia desarrollada por el Secretario General de Gobierno.
2.-Los resultados electorales en el Valle de México, son clara muestra de la traición de organizaciones como Antorcha, Agrupaciones de Transportistas, Taxistas y comerciantes. Estos mismos grupos gangsteriles son los que pondrán a prueba al nuevo gobierno y, de no acotarlos desde ahora, pretenderán desestabilizar el entorno político. Sería conveniente que, en las pocas semanas que le quedan al actual gobierno, se ejecuten acciones con la finalidad de restarles fuerza, incluso llevar a cabo acciones punitivas en contra de personajes como Aarón Urbina, Isidro Pastor y otros que están atrás de estos grupos que emigrarán a MORENA en el 2018. Recordemos lo que sucedió al inicio del Gobierno Estatal del ahora Presidente Peña, al no definirse una estrategia de contención hacia el grupo que generó el problema en San Salvador Atenco, tuvo que pasar un tiempo considerable para que pudiera gobernar en calma.
3.-Habrá que analizar el costo que representará para el nuevo gobierno el compromiso asumido con los partidos aliancistas, cuya aportación de votos fue mínima, pero si determinante en el triunfo. Por ello deberán redefinirse nuevas regla de participación y compromiso aplicando la teoría costo beneficio.
Simultáneamente debe iniciarse a la brevedad una reingeniería en el PRI, eliminando estructuras inoperantes y haciéndolo más eficiente, considerando que el voto corporativo ya no garantiza el triunfo. Tendrá que irse a las bases y desde ahí implementar un mecanismo de inteligencia para garantizar lealtades y cumplimiento de las metas que se asignen. Este ejercicio podría ser un referente para el CEN del PRI en el 2018.
Director de BGC Consultoría Estratégica.
