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Kyoto
Okinoshima, es la isla prohibida en Japón, que hasta la fecha continúa con unas estrictas costumbres religiosas, y esta vez ha sido nominada para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco.
La misteriosa isla no recibe muchos visitantes por las fuertes costumbres religiosas, entre ellas, no permite el ingreso de mujeres. Sin embargo, las cosas podrían dar un giro total, ya que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) podría declararla Patrimonio de la Humanidad.
Fue el mismo Consejo Internacional de Monumentos y Sitios quien aconsejó a la Unesco el incluir este lugar por la importancia histórica y religiosa, ya que es sede de un santuario para el sintoísmo, religión nativa del país oriental basada en el culto a los espíritus de la naturaleza.
Según se conoce, la isla que alberga el santuario de Okitsi, dedicado a la diosa Tagorihime, y entre los siglos 4 y 9 la zona estaba incluida en la ruta de comercio entre China y Japón. Alrededor de 80 mil ofrendas fueron dejadas en el lugar, con la intención que los viajeros lleguen sin problemas a sus destinos.
“Hay varias explicaciones, algunos dicen que la menstruación ‘ensuciaría’ el lugar. El sintoísmo trata la sangre como una impureza”, indicó el Japan Times, siendo esta la principal causa de restricción.
Eso sí, las visitas solo son permitidas el 27 de mayo, durante un festival en el que se “conforta los espíritus de los japoneses y rusos que fallecieron durante la Batalla Naval por el Mar de Japón cerca de Okinoshima en 1905”, reseñó The Washington Post. El resto del tiempo solo pueden estar en ella los sacerdotes del templo de Munakata.
Los hombres que lleguen, deben desnudarse y purificarse para poder entrar al lugar sagrado, y están imposibilitados de contar algo de su visita.
Esta nota fue publicada originalmente por El Popular (Perú) y puedes consultarla en http://www.elpopular.pe/actualidad-y-policiales/2017-05-12-esta-isla-prohibida-para-mujeres-en-japon-podria-ser-declarada-patrimonio-de-la-humanidad