Noviembre 23, 2024
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¿Nos dicen la verdad las etiquetas de los alimentos procesados?

IMPULSO/ Edición Web
México
El packaging de un producto va a tratar de resultar siempre atractivo a la vista del consumidor. “Sin azúcar” o “0% grasa” aparecen a menudo en el envasado de los productos para llamar la atención del que hace la compra; sin embargo, este etiquetado no refleja habitualmente lo que lleva el alimento en realidad. El lugar donde se encuentran los verdaderos ingredientes de estos productos ultraprocesados es en la letra pequeña de la parte posterior del envase, pero en muchas ocasiones la terminología es demasiado técnica para una persona que no tiene conocimientos en nutrición.
El orden en el que aparecen los ingredientes en el listado no es aleatorio, sino que en primer lugar estarán colocados aquellos ingredientes que compongan el alimento en mayor cantidad. Por ejemplo, en el envasado de la pechuga de pavo El Pozo, aparece que contiene “pechuga de pavo(55%), agua, fécula de patata, sal, leche en polvo, proteína de soja, azúcar, dextrosa de maíz, aromas y estabilizantes”. Por lo tanto, el 45% de la pechuga de pavo no es pechuga de pavo, sino agua en su mayor cantidad, seguido de fécula de patata, sal, leche en polvo…

¿Qué comemos cuando compramos un sobre de crema de champiñones? Un derivado que contiene un 1,2% de champiñones. El 98,8% restante lo componen harinas refinadas, almidones y sal, entre otros.

La industria alimentaria sube un escalón más al etiquetar productos infantiles con un 28% de azúcares como un alimento saludable porque lleva cacao (6%) y avellanas (7%). Sin embargo, estos llevan aceites de canola y de palma, entre otros ingredientes no saludables.

¿Imaginas pasar el próximo mes sin comer ningún alimento ultraprocesado? Basando tu alimentación en la comida real. Esto es lo que propone Carlos Ríos, un nutricionista influencer que cuenta ya con más de 400.000 seguidores en Instagram. Pero, ¿qué es esto de la comida real? Son aquellos alimentos cuyo procesamiento industrial o artesanal no interfiere negativamente en sus propiedades saludables, presentes de manera natural. Básicamente, verduras y hortalizas, frutas, frutos secos, legumbres, tubérculos, pescados y carnes de calidad, aceites vírgenes, lácteos, huevos, cacao, especias…

La #RealFood es la nueva tendencia de alimentación saludable que ya despunta en las redes sociales. Los ultraprocesados aparecen en los supermercados con largas listas de ingredientes y se anuncian como “enriquecido en”, “rico en”, “bajo en”, “light” o “desnatado”. Pero, ¿cómo podemos saltar la barrera del etiquetado y ser conscientes de lo que comemos realmente? Primero, debemos informarnos a través de fuentes de calidad (nutricionistas, investigadores, estudios…); segundo, debemos atender al etiquetado situado, como se decía anteriormente, en la parte posterior del producto, donde se apunta con detalle los ingredientes que componen el alimento y en qué cantidades. ¿Por qué deberíamos evitar incluir los productos ultraprocesados en nuestra alimentación?

Son insanos, ricos en azúcares añadidos, grasas refinadas, sal y/o aditivos.
Son artificialmente densos en calorías y pobres en nutrientes, como fibra o minerales.
Son hiper-palatables. Inhiben nuestros mecanismos naturales de saciedad.
Desplazan y sustituyen el consumo de alimentos reales.
Tienen una mayor disponibilidad en nuestro entorno que los alimentos reales.
Tienen una mayor publicidad y marketing que los alimentos reales.
Fuente: www.realfooding.com
Esto se traduce en enfermedades crónicas no transmisibles como el sobrepeso, la obesidad, envermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, cáncer, etc.