IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Robustecer y mejorar la educación artística en el país, recuperar espacios públicos y darles un esquema cultural, utilizar las nuevas tecnologías como herramientas de difusión de proyectos culturales, realizar un rediseño de la Secretaría de Cultura, revisar el estatus jurídico de tres de las instituciones culturales más importantes del país —INAH, INBA y Fonca—, y conseguir que el presupuesto público en materia cultural alcance el 1% del PEF, son sólo algunos de los ejes de la política cultural que ha planteado Raúl Padilla, fundador de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, quien se desempeña como enlace en temas culturales del candidato presidencial por la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya.
Hace unas semanas Padilla dio a conocer que los ejes en los que trabaja son: política integral de cultura, no sólo bellas artes; descentralización, cultura como motor de desarrollo y como creadora de ciudadanía, derechos culturales y diversidad, presupuesto digno y reestructuración del sector. En entrevista con EL UNIVERSAL ofrece detalles de algunas de las propuestas que, asegura, son preliminares y continuarán en construcción de la mano de actores de la comunidad cultural del país.
Uno de los ejes de su propuesta es la reestructuración de la Secretaría de Cultura, así como revisar el estatus jurídico del INAH y del INBA. Se antoja muy difícil y ocupará una gran voluntad política. ¿Cómo lo logrará?
Sí, es difícil, pero creo es necesario. Fui de los primeros en reconocer en la creación de la Secretaría un avance en materia cultural porque obedecía a una demanda histórica de la comunidad cultural. Sin embargo, no se aprovechó su creación para hacer una reingeniería de las principales instituciones culturales del país. En su momento se señaló que había duplicidades con lo que era el Conaculta y las instituciones históricas como el INAH y el INBA, también se señaló excesivo burocratismo, rezago administrativo y muchas lagunas en torno a acontecimientos mundiales que han impactado a la cultura. Soy de la opinión de que lo que se llamó Conaculta ahora se le conoce como Secretaría. Así que uno de los ejes que proponemos es justamente evitar duplicidades, generar un esquema de las instituciones que privilegie más el gasto en creación y apoyo a creadores, que en administración y funciones operativas; que permita que la mayor parte de los recursos vayan a la sustancia y al rescate de todo el sistema de educación artística del país. También creemos que es importante valorar el estatus jurídico de todas las instituciones, pero particularmente del INAH, INBA y del Fonca, la cual se creó por un decreto presidencial que en cualquier momento podría desaparecer.
¿Y en el caso del INBA e INAH?
Se debe revisar su estatus de desconcentradas y valorar una mejor figura para ellas. Cuando hablamos de reingeniería también hablamos de incorporar en los programas y actividades el impacto de las nuevas tecnologías. Las industrias culturales han encontrado nuevos esquemas de adaptación a las nuevas circunstancias. Creo que en nuestras instituciones debería de haber entidades dedicadas a aprovechar todas las tecnologías para hacer llegar a más ciudadanos los productos y valores culturales. Por ejemplo, me parece que podría haber programas que llegarían mejor a los jóvenes a través de aplicaciones, se podrían lograr instrumentos de vinculación y de difusión.
En otras administraciones este punto ya se ha planteado. Se han hecho importantes inversiones y luego todo se difumina. ¿Ha hecho un diagnóstico de esto?, ¿se empezaría de cero o podrían dar continuidad a los existentes?
Sí hemos hecho diagnósticos, no digo que no se haya hecho nada al respecto, lo que digo es que lo que se ha hecho hasta ahora es insuficiente y no tiene la repercusión deseada. En los países en donde se observan mayores indicadores de comportamiento cultural colectivo esto tiene que ver con el mejor aprovechamiento de sus medios audiovisuales, particularmente de la televisión.
Seguridad social, mecenazgo y estímulos fiscales son algunas de las demandas históricas de la comunidad cultural. Su propuesta las plantea. ¿Por qué considera que no se han conseguido?
No se ha sopesado la importancia y el valor que tienen los sectores económicos de la cultura, las industrias culturales particularmente. No se ha sopesado lo que podrían significar como motor estratégico del desarrollo económico de nuestro país. Primero hay que lamentar que hay un número muy importante de trabajadores en el sector cultural que no tienen seguridad laboral, y hay que ver esto porque deberían tener certeza jurídica. También estamos hablando de que hay un 60% de los creadores en el país que no tiene seguridad social. Es un tema que debemos atender. Otros puntos que me parecen importantes y que están relacionados son la educación artística y la formación y fomento a creadores. Hay un descuido en torno a la red de escuelas artísticas en el país y se deben de rescatar, y crear muchas más. También se deben de abrir nuevos esquemas. Se debe hacer una realidad la educación artística en la primaria y pre primaria y eso requiere personal especializado. Asimismo tenemos que asegurar que los creadores tengan condiciones dignas de trabajo. Respecto a fondos como Eficine o Efiarte, también son insuficientes.
Plantea que la meta es aumentar el presupuesto público en materia cultural y alcanzar el 1% del PEF. ¿Ya se lo planteó al candidato?, ¿podemos hablar de un compromiso o de un deseo?
Hemos platicado con él los planteamientos generales y está de acuerdo, pero no hemos visto muchas cosas puntuales por la misma metodología que estamos siguiendo. Queremos terminar de consensar con los principales actores de la comunidad cultural para hacer una propuesta formal. En principio está el reconocimiento de que lo que se invierte en cultura es malo, los datos son muy conocidos. El gobierno federal apenas invierte 0.3% del PEF, una cifra menor a la que habíamos alcanzado en el pasado, habíamos llegado a 0.5. Lo deseable es destinar 1%. Creemos que hay margen de maniobra para conseguirlo a través de un programa, porque no estoy diciendo que lo vamos a conseguir de la noche a la mañana. Lo que queremos es ver a la cultura como generadora de ciudadanía para reconstruir el tejido social. Pretendemos implementar un programa nacional de rescate de espacios públicos para hacerlos objeto de intervención cultural, que pueden ser desde mínimas bibliotecas hasta fomento de orquestas y concursos literarios, para que transformemos espacios en sitios de convivencia. Debemos impulsar políticas que propicien que además del gobierno federal, estados y municipios, así como el sector privado, participen más, así como los actores sociales para que gradualmente lleguemos a 1%. Hay países en vías de desarrollo que tienen ese indicador, como Colombia, país que está saliendo de una crisis enorme de violencia.
El daño al patrimonio tras los sismos de septiembre y de febrero, rebasó a las instituciones en todos los sentidos. Más allá de continuar con el proceso de reconstrucción, la condición sísmica del territorio mexicano obliga a plantear medidas y protocolos ante eventuales emergencias. ¿Lo han considerado?
Sí. Tiene que ser un compromiso. Vamos a atender el daño que sufrió el patrimonio, pero también soy de la opinión de que debe haber fondos. Financieramente no ha resultado más costosa la restauración porque muchos inmuebles están asegurados, no tengo más información al respecto. Creo que en un futuro podríamos ampliar los fondos a través de los seguros o tener un fondo para casos de contingencias que afecten al patrimonio cultural.
¿Conoce las propuestas en materia cultural de otros candidatos?
No las conozco a detalle. Algunas propuestas de la coordinadora de las actividades de cultura de Morena, Alejandra Frausto, son muy buenas. Es una mujer que me merece mucho respeto, tiene toda una vida en el sector cultural. Por otro lado, le tengo un enorme respeto a Consuelo Sáizar, encargada de los temas culturales de la candidata independiente, hizo una buena gestión y con ella los presupuestos a cultura subieron bastante, en su momento me permití hacer críticas, pero fue buena su administración. No conozco las propuestas del PRI.
¿Lo que propone es preliminar?
Sí. Estos primeros ejes son una base para iniciar una especie de consulta con la comunidad cultural y podamos construir una propuesta sólida. Nos vamos a reunir con artistas, creadores, analistas, empresarios, promotores, con todas las personas posibles. Tuve la fortuna de haber fundado dos proyectos, la Feria del Libro y el Festival de Cine, he presidido sus órganos de gobierno, me han dado experiencia y me han permitido estar en contacto con lo mejor de la comunidad cultural. Esto es lo que estoy poniendo al servicio de las propuestas del candidato Ricardo Anaya.
Esa experiencia también le ha dado detractores
He sido un actor social y mi trayectoria está asociada a incursiones en la vida pública y política, así que digamos que no han faltado flancos que motiven críticas de mis intervenciones. Les he dado valor a esas críticas para tratar de mejorar eso que algunos consideran que no es suficiente.
De llegar a la presidencia, ¿le propondrá al candidato nombres para el próximo secretario de Cultura?
No tengo duda de que Ricardo Anaya va a ganar. Considero que este país necesita de una mejor política cultural y yo quiero ser parte de su construcción, pero no me veo en ninguna oficina gubernamental ni pienso salir de Guadalajara. En su momento podría dar mi opinión sobre algunos destacados miembros de la comunidad cultural, conozco a muchas personas que son más capaces que yo para ocupar ese cargo, pero será Ricardo Anaya quien tome la decisión.