IMPULSO/ Miguel Á. García
Toluca
La reestructuración de los planes educativos desde el nivel básico, promocionando la lectura como un acto lúdico, con el cual se accede al aprendizaje, deberá ser una de las principales modificaciones en la reforma que alienta el nuevo gobierno federal a favor de la lectura, así lo considera Michelle Gaytan, gestora cultural y promotora del libro.
Al advertir que el proyecto de modificar el precio de los ejemplares, no generará un aumento en nuestros pobres niveles de lectura, indica: leer debe ser visto por las familias como una diversión para que se reproduzcan los lectores por si solos.
“A veces parece que regalando libros también se van a generar lectores o que teniendo libros accesibles va ser que la gente quiera leer más la gente que ya consume lectura ya lee, ya no se preocupa tanto por el precio sabe que es una necesidad para él conseguir ese libro; sin embargo los nuevos lectores son los que menos le apuestan al consumo de productos culturales”.
Uno de los desafíos, reconoce, será el poder vincular las estrategias de la sociedad y generar planes de trabajo a partir de cada comunidad con proyectos que salgan de cada espacio, de lo contrario la imagen de salas de lectura, casas culturales y librerías, vacías, seguirá reproduciéndose.
“Normalmente la SEP trabaja por un lado y sí, de repente se rozan, pero no están vinculados; entonces, yo creo que eso ha fallado: la falta de comunicación y trabajar en conjunto, tanto las salas de lectura, como las bibliotecas, como la secretaría de educación pública, hacer solo un frente”. Subrayó.
Destaca, como un buen inicio, el poder garantizar libros económicos, los cuales deberán ir de la mano con ediciones de calidad, para que la lectura pueda ser apreciada como mecanismo de placer.
“La lectura parece algo instrumental, parece que es sólo para resolver algunas situaciones en nuestra vida; leemos porque nos lo piden en la escuela o para leer vamos a poder descifrar el mecanismo de una cámara o de la computadora pero no tenemos esa necesidad de la lectura por el placer, por gusto por autoexploración, lo que falta a veces en los jóvenes es que se enteren de lo que vale la lectura”, enfatizó.
