IMPULSO/ Redacción
México
Los Neoyorkinos de Interpol regresaron a la escena musical para entregar su sexto disco de estudio: “Marauder” (2018). Conformados primordialmente por Paul Banks (vocalista, guitarra, bajo), Daniel Kessler (guitarra) y Sam Foragino (batería). Herederos de grandes representantes de la industria musical, en especial de Bauhaus, Joy Division y por supuesto, Pixies, este trabajo discográfico se antoja como un intento de regreso a sus raíces, en específico a su brillante obra del 2002: “Turn On The Bright Lights” (considerado por muchos seguidores de la banda y analistas como su mejor trabajo discográfico).
Considero que su cometido se logra en forma relativa, aunque sabemos que superar una obra maestra o un álbum tan disruptivo, generalmente es una tarea que ni siquiera tiene sentido, cuando quizá lo mejor es aceptar las circunstancias (discos de transición, experimentales, etc…) y la madurez implícita de un artista o grupo y disfrutar cada una de sus entregas musicales como parte de ese todo. “Marauder” permea y exhibe toda la esencia de esta importante agrupación de “punk-revival-indie-dark”, es decir, ese sentido de angustia, tortuoso, urgencia, oscuro y con un sonido que parece extraerse de alguna caverna mutilada.
Su anterior trabajo, “El Pintor”, en términos generales recibió una crítica muy severa y fue calificado como lo más bajo en calidad de su trayectoria, por consiguiente, la presente placa representará una mejoría para –insisto- una buena parte de su legión de seguidores. Narrativa de relaciones humanas, de la autodestrucción emocional, de la esperanza, de los sueños corrompidos y para no variar: el desarrollo humano con la tecnología actual.
Un viaje sonoro con altas y bajas que representa un respiro para un grupo que todavía es respetado en los círculos tanto comerciales como artísticos del caprichoso mundo de la música.
Título del Disco: “Marauder” (2018)
Grupo: Interpol.
Tema destacado: “The Rover”
Calificación: 7.5 de 10.00 Aceptable.
