IMPULSO/ Ernesto Hernández Alarcón
Anual 2016
El día de ayer, presentamos parte de los 43 discos más importantes del convulso 2016, ésta es la segunda parte.
30.- Nicolas Jaar, “Sirens”
Mediten estas palabras: descendiente francés-palestino, chileno/americano de nacimiento, infancia política, imágenes fantasmagóricas, retorcidos acordes, la voz, sonidos mezclados. “Esto no es América”; el Donald Trump haciendo resurgir el fascismo, desaceleración. Me parece que alguien nos quiere dar un importante mensaje, algo que podría cambiar el rumbo de la humanidad; dependerá de nosotros si estamos dispuestos a escucharlo.
29.- Blood Orange, “Freetown Sound”
Ésta es una placa intimista, deliciosamente reflexiva, una propuesta que combina distintas voces que se funden para crear consignas y declaraciones de variadas índoles. Es una suerte de fusionar dulce romanticismo y new wave austero con latigazos de dolor y pena emocional, social y político, por ejemplo, al escuchar temas como “Desireé”, nos sumergimos en la mente de un individuo lleno de ilusiones y optimismo que vaga sin rumbo aparente en alguna avenida perdida de la gran urbe Neoyorkina.
28.- Devendra Banhart, “Ape In Pink Marble”
Un disco complejo y profundo, como era de esperarse de alguien con el apellido Banhart. Si sabes adentrarte en la música de Devendra, aprenderás a convivir en otro espacio, universo, dimensión. Un trabajo con cero convencionalismos y de libre apreciaación inspirado en Los Ángeles, California, un lugar impersonal donde las ideas creativas fluyen como gotas en la cálida arena. ¡Es evidente que lo estoy degustando!
27.- Cassius, “Ibifornia”
Creo que no podríamos subsistir sin el “house” francés. Philippe Zdar y Boom Bass regresan después de una década de no emitir un álbum bajo el nombre de Cassius. Ahora lo hacen acompañados con buenos amigos: Mike D, Cat Power, Pharrell Williams y Ryan Tedder. El resultado es un disco repleto de excitación y euforia. Jamás las líneas obsesivas de minimalismo habían sido tan divertidas.
26.- Empire of the Sun, “Two Vines”
El infravalorado pero legendario Lindsey Buckingham (Fleetwood Mac) participa en esta entrega discográfica. Luke Steele y Nick Littlemore nos dan la bienvenida a la utópica realidad del mundo de Empire of the Sun, donde alcanzaremos altos niveles de felicidad y éxtasis en armonía con la naturaleza. Luego entonces, estamos ante el álbum más ecológico del año y uno más de la banda australiana que, en honor a su propuesta, empiezan (o siguen) reciclándose.
25.- Savoir Adore, “The Love That Remains”
Descrito como “un álbum que derrumba temas de amor, de pérdida y la constante e inevitable oscuridad de las memorias”. Paul Hammer, mente maestra detrás de este proyecto, sabe manejar de forma excelente atmósferas saturadas de tintes nostálgicos y oníricos. Además, fue inspirado en las tierras amazónicas del Brasil, donde el oriundo de Brooklyn entendió que “el amor es una fuerza supernatural más allá de lo físico”, vaya descubrimiento.
24.- Garbage, “Strange Little Things”
Después de cuatro años de relativa inactividad, regresan con un álbum de alto calibre que de ninguna manera rompe su tradicional línea artística: perturbador, repleto de texturas industriales, guitarras espesas y cortinas electrónicas corrosivas que recrean un ambiente repleto de densos corredores. La temática primaria que aborda Shirley Manson son las contradicciones existenciales, la compleja psicología que implica el desarrollo de generar una increíble capacidad para destruir lo que amamos. Recordemos este pensamiento de Oscar Wilde: “Destruimos siempre aquello que más amamos en campo abierto o en una emboscada, algunos con la ligereza del cariño, otros con la dureza de la palabra; los cobardes destruyen con un beso, los valientes destruyen con la espada”.
23.- The Kills, “Ash & Ice”
Me gusta esta combinación británico-americana conformada por Jamie Hince y Alison Mosshart. Esta placa es un trabajo consistente que se adhiere en plenitud al estilo de este dueto: una combinación de blues y punk con elementos garage y claros guiños góticos. Cortes breves, directos, plagados de sus características guitarras que emanan ´riffs´ punzocortantes que semejan un latigazo sónico. Se encuentran en una etapa transitoria que dará continuidad a su peligrosa asociación.
22.- Green Day, “Revolution Radio”
Abrasivos y de regreso a sus raíces, las leyendas vivientes del punk registrado en los desenfadados noventas regresan a las acciones de revoloteo juvenil bajo una capa de madurez y veteranía. Podríamos hacer una analogía muy precisa con Metallica respecto hasta qué punto de su exitosa carrera se encuentran estacionados.
21.- Kings of Leon, “WALLS”
Los Followill se estacionan con mucha comodidad en un punto intermedio que remonta a sus primeros discos, coquetea sutilmente con cierta experimentación, pero brinda prioridad al sonido que les ha permitido ser una banda de grandes multitudes en directo. Como epicentro ideológico, se encuentran las barreras que existen en nuestra propia existencia, en especial las del corazón y la superación personal.
20.- Weezer, “White Album”
Un recorrido de temas saturados del estilo más desenfadado de los años noventa. Rock directo bañado de olas, arena y surf. Éste es el cuarto disco que adapta su título a colores diversos, siendo azul, verde y rojo los previos. Me pregunto si su próxima entrega será en tonalidad negra, como símbolo de defunción. En lo personal, creo que nos harían un favor.
19.- Red Hot Chili Peppers, “The Getaway”
Los Chilis evocan un exilio, manifiestan una renovación, ¿anuncian una renuncia? El cambio en las consolas por Brian “Danger Mouse”, sustituyendo a Rick Rubin, quien era su sempiterno productor, así lo corrobora. El resultado es un disco híbrido, experimental, más directo y escueto en comparación con anteriores entregas. RHCP encuentran un punto de equilibrio con maduración y refinación. Empiezan a envejecer con mucha dignidad y apertura.
18.- Deftones, “Gore”
Una entrevista con Sergio Vega, bajista de la banda californiana con espíritu carnívoro, nos brinda una guía práctica y elemental de lo que representa su octavo álbum de estudio. Acordes que resuenan con una conciencia que se desliza entre el éxtasis y la desesperación, el embeleso y la agonía. Retratan una imagen en donde la virtud y el vicio son un continuo y no una oposición. Un proceso colaborativo que revive el entusiasmo juvenil y la pasión descarnada de la banda por la música.
17.- Metallica, “Hardwired…to Self-Destruct”
Sin duda que desde los tiempos ya muy remotos de “Master of Puppets” que no escuchábamos a Lars Ulrich y compañía con la intensidad “trash-metal” que los caracterizó cuando salieron a la conquista del mundo. Un disco más sincero y mejor asentado que bastante material que han grabado en ya casi veinte años de experimentaciones fallidas. Sin ser una obra maestra o algo que iguale a sus grandes clásicos, la maquinaria californiana de metal aún puede sorprendernos.
16.- Megadeth, “Dystopia”
Dave Mustaine no se refugia en la metáfora, su mensaje es claro y directo. Con esta placa, ilustra en todo su contexto la teoría distópica, envuelta en conspiraciones subrepticias y los nuevos órdenes mundiales. Un trabajo tanto épico y reflexivo como poderoso y contundente que devela el temor de algo más que evidente: la capacidad del ser humano para perfeccionar su propia muerte.