Octubre 6, 2024
Clima
15°c Máxima
15°c Mínima

Mujeres y salud


IMPULSO/ Alejandra Buggs Lomelí

La vejez

La vejez es una etapa difícil de enfrentar para todo ser humano porque es el ciclo de vida previo a la muerte, a la desaparición, a borrar el paso de nuestras vidas por este mundo, y por ello no es fácil de enfrentar, de hablar o leer acerca de ella.

 

El tema del envejecimiento es tan antiguo como la humanidad misma, la mencionemos o no, está siempre presente, siempre latente, siempre mostrándose aunque muchas personas se nieguen a verla y eviten el paso del tiempo con un sinfín de estrategias que además les “ayuden” a seguir siendo vistas.

A lo largo de los años, en las diferentes culturas se ha otorgado un lugar a las personas mayores, por ejemplo Japón es el país que más respeto y veneración tiene por las personas adultas mayores.

De hecho, cuenta con un día festivo, denominado “Día del Respeto a las Personas Mayores” (Keirō No Hi).

Ese día se pretende honrar a las personas adultas mayores japonesas y sensibilizar a la población joven sobre la importancia de la experiencia de estas personas, que han servido a la sociedad durante muchos años.

El número de hombres asciende a 12.73 millones (20.5 por ciento de la población masculina), mientras que el de mujeres llega a 17.07 millones (26 por ciento de la población femenina).

Se estima que 8.66 millones de japonesas y japoneses tienen 80 años o más. El número de personas de 65 años o más que se mantiene activa laboralmente asciende a 5.7 millones.

El “Keirō No Hi” se trata de un día cargado de significado y mensaje para las nuevas generaciones, a las que se les transmite la importancia del respeto a las personas mayores, en vez del rechazo típico que sufren por ser mayores en las sociedades occidentales.

En este sentido, México no es la excepción. Cuando vemos que el lugar que nuestra cultura asigna a las personas adultas mayores, por lo general, es uno de los más relegados de la historia, debido a la tendencia al individualismo y a la competencia que reina en nuestra sociedad, para ver quién luce más joven de lo que en realidad es.

Gran parte de las desigualdades entre mujeres y hombres adultos mayores son resultado de las desigualdades de género vividas en etapas anteriores, que suelen situar a las mujeres en condiciones de desventaja en términos de bienestar social, económico y psicológico (Torres y Villagrán).

Las mujeres adultas mayores padecen más enfermedades incapacitantes y por más largo tiempo que los hombres: tres de cada 10 tiene dificultad para realizar alguna tarea de la vida diaria como comer, bañarse, caminar, preparar o comprar alimentos, frente a dos de cada 10 hombres.

En 2009, 25.3 por ciento de las personas adultas mayores, 27.8 por ciento de las mujeres y 22.5 por ciento de los hombres, necesitaron que alguna persona de su hogar le brindara cuidados o apoyo; las necesidades de cuidado aumentan conforme avanza la edad, según datos del Instituto Nacional de las Mujeres.

A las personas que cuidan de las y los adultos mayores se les denomina cuidadora o cuidador primario. Cuando la persona mayor empieza a sufrir discapacidad o a necesitar más atención, las que suelen asumir este cuidado son principalmente las mujeres.

Este trabajo recae habitualmente sobre las mujeres, que son en su mayoría amas de casa. El resto de los miembros de la familia consideran que las amas de casa tienen tiempo libre y disponibilidad para cuidar a las y los mayores.

En nuestra cultura existe una persona específica que asume el cuidado primario de las personas mayores enfermas, generalmente puede ser una hija o una nuera. Esta figura es básica, y se le conoce como “cuidadora primaria”, y es en quien recae la mayor parte de la responsabilidad de los cuidados.

Esta responsabilidad tiene un costo a veces físico, a veces emocional, a veces ambos, en términos de estrés, problemas con la pareja (si se tiene), tiempo, costos económicos y aspectos éticos.

Etiquetas:

Dejar un Comentario