Noviembre 20, 2024
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Mujeres cautivas Primera parte

IMPULSO/ Teresa Ulloa/CIMAC noticias
Compradas y vendidas, pero tenemos voz
Yo no entiendo por qué ha ocasionado tantas reacciones negativas de organizaciones feministas mexicanas y de Latinoamérica que se escuchen las voces de las mujeres sobrevivientes y las que todavía sobreviven de la prostitución y que no están de acuerdo en que esa violencia patriarcal se reconozca como trabajo y en sus palabras escribieron: “Hemos sido compradas y vendidas en las calles y en los hoteles, en clubes y en prostíbulos, desde los servicios de acompañantes hasta las salas de masajes, todo para el placer sexual masculino y, de manera casi unánime, para el lucro de terceros o explotadores…”.
Muchas también somos defensoras de los derechos de las mujeres, proveedores de servicios de atención a mujeres y feministas que trabajamos por la abolición de todas las formas y modalidades de violencia y discriminación contra las mujeres, incluyendo la trata, la prostitución y cualquier forma de explotación sexual.
Nunca hablamos en nombre de otras, sino que hablamos por nosotras mismas y lo hacemos en el contexto de la ley, los derechos de las mujeres y los principios de los derechos humanos. Todo movimiento social por los derechos humanos se cristaliza cuando la sociedad y las instituciones nacionales reconocen que estos derechos son inalienables, indivisibles y universales.
”Las sobrevivientes y las que sobrevivimos en la prostitución, entendemos el sufrimiento causado por la violencia sexual, la degradación y la deshumanización en manos de los que pagan por sexo, la policía y los explotadores. Sabemos que ninguna ley acabará con el estigma en la prostitución, ya que la prostitución es inherentemente estigmatizante, es inherentemente violenta y es una institución patriarcal que representa un mercado nocivo y precarizado que destruye comunidades y vidas…”.
Y yo me pregunto, con base en qué condiciones se puede considerar la prostitución un trabajo digno o decente, según la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Me cuesta mucho imaginarme quién garantizaría beneficios sociales, retiro, descansos pagados. Es un discurso construido por el lobby proxeneta para contener la frustración y dolor que la prostitución causa en las mujeres y las niñas. Reclamar la legalización de la industria del sexo convierte a delincuentes en empresarios u hombres de negocios y no mejora, ni disminuye el daño en las mujeres.
Pero aún más, el Protocolo de Palermo para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niñas establece que: “La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual… (Art.3); Los Estados Parte adoptarán medidas o reforzarán las ya existentes, recurriendo en particular a la cooperación bilateral o multilateral, a fin de mitigar factores como la pobreza, el subdesarrollo y la falta de oportunidades equitativas que hacen a las personas, especialmente a las mujeres, niñas y niños, vulnerables a la trata (Art. 9.4)”.